La Galería de Consejeras que preside la Nueva República de Babel, no estaría completa sin la presencia de una mujer muy importante, quien desde el principio de esta aventura en red, estuvo presente. Hoy dedico las presentes líneas para homenajear a Pilar Máynez, en ocasión de su cumpleaños.
Conocí a Pilar de la forma más lógica: fue mi maestra de las materias Teorías Lingüísticas I y II en la carrera de Letras Hispánicas en la FES-Acatlán, aunque ya sabía que era toda una eminencia, dado que estuvo muy al pendiente de la organización del Primer Encuentro de Historiografía Lingüística (y Tercero de Lingüística en Acatlán), en octubre de 2000. Pero tuvieron que pasar varios añitos para conocer a aquella leyenda viva. Su manera de impartir clase me llenaba de inspiración cuando se apasionaba (¡¡y demasiado!!) por los autores que conformaban las grecas de la historia de la Lingüística. Quien escribe, a decir verdad, era un diletante, o sea, que estaba más del lado de los literatos que de los lingüistas. Sin embargo, el contacto con la Dra. Máynez acabó por convertirme al culto de la historiografía lingüística, y, por añadidura, su maestranza y posteriormente su amistad, me regaló (ésa es la palabra) la admiración por las obras de Miguel León-Portilla y de su esposa Ascensión Hernández Triviño, pero también mis encuentros con Ana Laura Díaz, Bárbara Cifuentes, entre otros colegas. Pero sobre todo, un gusto por las obras de Victoriano Salado Álvarez, las cuales no suelto para nada. Ésa es una de las cualidades principales de nuestra Pilar: convencer, para después convertir. (En mi diccionario personal, Pilar se resumiría en una solar palabra: generosidad.)
Desde luego, no intento hacer una biografía exhaustiva de mi querida Pilar; delego en otras personas, que la conocen de cuerpo entero, aventarse tan encomiable tarea. Tomo el día de hoy como pretexto idóneo para expresarle toda mi admiración, la cual, cada día, se confirma y hasta se engrandece. (Primero como alumno, ahora como colega. De verdad.)
Pilar, ¿qué más puedo decirte? Además de recordarte que Serafín y Mercedes son completamente afortunados al tenerte muy, muy cerca, te digo (y conste que lo seguiré sosteniendo) que las mujeres no tienen edad. Ojalá que este día sea el primero de nuevas empresas y mejores satisfacciones. Mereces más, pero hasta aquí me detengo.
¡¡¡Felicidades, Pilar!!!
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