Hace unos momentos, mientras revisaba los periódicos en la red, me enteré del lamentable fallecimiento del escritor y periodista hispano-mexicano Paco Ignacio Taibo I, quien todos los días, en la sección cultural del periódico El Universal, nos deleitaba todas las mañanas con su "Esquina baja" y, claro, con el inigualable Gato Culto. (Curiosamente, al momento de conocer la triste noticia, tenía sobre mi mesa de noche un ejemplar de El Gato Culto de PIT, libro que publicó el Instituto Politécnico Nacional en 1996. Cosas de la vida.)
Francisco Ignacio Taibo Lavilla nació el 19 de junio de 1924 en la ciudad española de Gijón, en Asturias. Pasó algunos años de su vida en Bélgica y a su regreso a España, vivió la Guerra Civil dentro del cerco de Oviedo. Al término de la guerra, y ya casado con Maricarmen Mahojo, empezó su carrera periodística como reportero ¡¡de deportes!!, cuando fue enviado a cubrir la Tour de France. De día era periodista, mientras que las horas que le robaba al sueño las invertía en escribir novelas. (Con la primera, Juan M.N., ganó un premio.) A principio de los años 50, viaja con su esposa y su primer hijo, Paco Ignacio II, a México, donde comienzan una nueva era. Aquí nacieron sus hijos Benito y Carlos.
En México, dedicado al periodismo, como es natural, Taibo incursionó en varios diarios y hasta se volvió productor de televisión y vicepresidente de Noticias en Televisa. Así como México abrió sus puertas a una familia non de escritores y escribidores, el patriarca de los Taibo (quien luego de una larga plática con su hijo mayor, resolvió colocarse un I latina después del nombre para hacer las respectivas distinciones) recibió en su casa a varios personajes, entre éstos, a escritores de la talla de Max Aub y Luis Rius, y al cineasta Luis Buñuel. No había día en que no hubiese invitados en su casa.
Respecto a su labor periodística, en los últimos años la realizó dentro del diario El Universal, donde fue editor de la sección Cultural. Allí nació un personaje fundamental en su obra, cuyas opiniones siguen con una vigencia que espanta: el Gato Culto. Entre aforismos, puntadas, refranes dichos con sorna y hasta epitafios, leer las boutades del singular minino nos ponía a pensar sobre la vida y sus cosas. Era tanta la fama de este personaje que nunca faltaban las llamadas que los lectores hacían al periódico pidiendo hablar ¡¡con el Gato Culto!! (Por supuesto, Taibo I las respondía en su nombre. Ja ja ja.) ¿Quién no leyó alguna vez una de sus frases? (Quien esté libre de gatos cultos, que tire el primer periódico...)
A la par de sus trabajos para los diarios, Paco Ignacio Taibo I nos ha regalado (ésa es la palabra) libros sobre cine, gastronomía, novelas y hasta libros de memorias, los cuales hay que leer y saborear. (En 1987, la editorial Pangea y el INBA publicó una colección de autores españoles en México, Estelas en la mar, donde no podía faltar PIT I. El volumen de marras: Por el gusto de estar con ustedes.)
Sin el ánimo de escribir una necrológica, acercarse a la vida, obra y milagros de Paco Ignacio Taibo I es, más que un acto de lectura, una invitación a la vida misma. Además, sus centenares de artículos deben servir para que las nuevas generaciones de periodistas y de escritores descubran el placer de la palabra, pero también el deber de la memoria. Y eso también lo sabía, de sobra, el Gato Culto.
Finalmente, alzaré mi copa de tinto y brindaré ¡¡por el gusto de que sigan con nosotros!!
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