lunes, 2 de agosto de 2021

Saber en un parpadeo

 

Ulises Velázquez Gil


En alguna de las canciones que conforman el Viaje épico hacia la nada del grupo español Love of Lesbian, podemos encontrar la siguiente frase: “Unos días soy y otros días sé”. A medida que se ejerce el oficio de la escritura, no faltarán instantes donde lo escrito es un instante de nuestra vida o la impronta del conocimiento adquirido. Aun así, ambos escenarios nos ayudan a definir mejor el lugar que ocupamos en el tiempo.

      Para quienes hemos seguido la trayectoria de Andrea Chapela, ésta se compone de primeras incursiones, tanto en la novela, el cuento y ahora con el ensayo en el volumen que ahora nos ocupa: Grados de miopía, donde sus inquietudes confluyen hacia la misma línea, a fin de buscarle explicación alguna de las cosas que le rodean; concretamente, las que se encuentran -literalmente- a primera vista.

          En los tres capítulos de Grados de miopía, se busca conocer el engranaje secreto que une a la ciencia con la literatura, a partir de tres fenómenos visuales, en aras de comprender su visión periférica del tema, o, por lo menos, de la ciencia. Antes de escribir busco modelos para orientarme. Es un remanente en mi educación científica. Confío en las definiciones para dar claridad desde el principio y siento que es más fácil entender algo si se le nombra. […] Ver la ciencia desde un punto de vista poético es buscar en el extrañamiento una especie de reencuentro.

El primer ensayo del libro, “El acto de ver a través”, se compone de sesenta apartados, a guisa de apuntes, donde la autora plasma sus pesquisas como inquietudes; interrogantes a final de cuentas. Veamos algunas de éstas: Fluir: los átomos pueden desplazarse con facilidad, no están atados entre sí, no están estáticos. Los fluidos fluyen (es una característica, no un pleonasmo; el lenguaje científico no teme la repetición) porque ante cualquier fuerza se modifican, no ponen resistencia. La Matemática me decía: “Eres como un fluido, te acoplas a los contenedores, te modificas, frente a un obstáculo eliges rodearlo”. Tan fácil lo científico se vuelve metafórico. […] ¿Cómo escribir de ciencia desde afuera? ¿Cómo dejar de ver a través del lenguaje, de usarlo como herramienta, de pretender que hay exactitud en las palabras? ¿Qué le pasa a las palabras científicas al observarlas? Si se estirara la metáfora, diría que se desestabilizan y cambian de estado de agregación. […] Planeo con cuidado mi visita al Palacio de Cristal. Voy sola y camino por el Retiro un día en el que la llegada ya se está transformando en rutina. (A medida que nos adentramos en este ensayo, no dudaría en decir que rutina acabaría por volverse retina…)

El segundo ensayo, “El acto de verse”, se compone de varias partes, todas iniciando de la misma forma (“Podría comenzar…”), donde se da pauta a toda serie de posibilidades, sea para llegar a un mismo punto, sea para replantearse la resolución de un problema, o simplemente dar libre curso a una idea, un recuerdo e incluso la negación de ambos. Queden aquí algunos ejemplos: Podría comenzar diciendo que los espejos son inútiles si nadie se contempla en ellos. Decir: la historia de los espejos es la historia de mirar(se). […] Podría comenzar así: yo frente al espejo, buscando mi semblante, dejo pasar la luz.

Contemplar un espejo, fabricarlo, citar a Lacan, recordar su estancia en Madrid o ver una fotografía, por mencionar otras cosas, son una forma de resumir el acto de verse, de hallar en su reflejo el envés de las cosas, su maquinaria oculta y propia que le da sentido a su presencia en este mundo. A este respecto, recuerdo que en una entrevista al escritor colombiano Álvaro Mutis, éste recordaba lo que alguna vez su madre le dijo: “Detrás de todas las cosas está usted”. Con el tiempo, Mutis descubrió allí la esencia de la literatura. (Paréntesis aparte: la misma frase con que inicia cada sección de este ensayo remite un poco a la estructura de Si una noche de invierno un viajero de Italo Calvino, novela compuesta solamente por inicios de novela; aunque, en el caso de Andrea Chapela, la tentación del principio busca traspasar el lindero de la primera línea…)

Una vez conocido el vaivén de ideas y sucesos que llevan a la autora para urdir estos ensayos, llegamos así al tercero que cierra este volumen, “La historia de ver”, donde ciencia y cultura se alternan sin mayores distinciones, confluyendo -¡ahora sí!- hacia el conocimiento, o la obtención de éste: […] Tardé mucho tiempo en aceptar que escribir me ayudaba a entender las preguntas y no a encerrar las respuestas, pero a veces me gustaría tener la claridad y seguridad de las matemáticas, poder declarar fácilmente “esto es lo que quería demostrar”. […] Tengo que escribir mi versión; aunque me aleje de mí misma y me acerque a la ciencia. […] Envidio como Da Vinci logra hacer de lo artístico algo científico, así como yo quiero hacer de lo científico algo personal. […] Pero el arte, a diferencia de la ciencia, suele tergiversar la realidad y es imposible saber si la fotografía es verdadera o falsa. […] Pero la ciencia no puede ser sólo una abstracción objetiva, así como escribir no se trata sólo de lo subjetivo y sentimental. Hay un lugar, tal vez sin nombre, donde coexisten. Y ese lugar sólo existe en la página misma, “para alcanzar este innegable paraíso del espíritu donde la primera respuesta a todas las preguntas es preguntarlas”, a decir de Ikram Antaki.

En suma, Grados de miopía reúne tanto inquietudes científicas como el compromiso con la escritura, a fin de encontrar el entramado propio de las cosas, de justipreciar su presencia en este mundo mediante un constante cuestionamiento; saber en un parpadeo que no deja de prodigar milagros como maravillas. En la ardua empresa de unir ciencia y literatura, Andrea Chapela tiene en Julieta Fierro y la propia Ikram Antaki a sus consumadas antecesoras, y en Mariel Damián y Jazmín García Vázquez a sus compañeras de viaje, en cuya obra destella esa grandiosa fusión.

Desde ahora ya esperamos con gusto su siguiente obra, donde se reafirmen curiosidad y talento desmedido. Quede en ustedes confirmarlo a primera, segunda, tercera vista inclusive. (Así sea.)

 

Andrea Chapela. Grados de miopía. México, Secretaría de Cultura-Dirección General de Publicaciones, 2019 (Fondo Editorial Tierra Adentro).  

 

(19/julio/2021)

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