sábado, 28 de agosto de 2010

El milagro de la Lotería

(Con fraternales saludos para Nati Rigonni y su Lotería poética)

"Vives de milagro, como la lotería...", dice, en alguna de sus obras, un personaje creado por Carlos Fuentes, y, a decir verdad, nos queda que ni mandada a hacer, dado el acendrado interés por jugársela (cada vez que se puede) en los pronósticos deportivos o gracias a los artificios de la Lotería Nacional, cuya vida más que bicentenaria (240 años, para ser precisos) ha llevado alegrías, ingente y franca asistencia, y una que otra sorpresa a varios hogares en México.
La mayoría sabe cómo es el rollo: se realizan tres sorteos a la semana: martes, viernes y domingo (éste, bajo el formato del Zodíaco, donde signos y números pueden hacerle ver su -buena- suerte a quien lo juega). Como siempre, hay números inusitados que se llevan la bolsa y otros que, por x y z razones, simplemente no jugaron. Aún así, el reintegro ya lo tenemos. Y si le sumamos los sorteos magnos (Navidad, Año Nuevo, Santos Reyes, más los que se acumulen en la semana...), la emoción, sí, es aún mayor. Y para ponerle la cereza al pastel, cada miércoles existe uno muy peculiar: el sorteo Gordito, es decir, una bolsa aún menor que en los demás, pero cuyo vigésimo y/o cachito cuesta muy poco: cinco pesos. Podría decirse que hasta los niños no se quedarían con las ganas de jugar ante el minúsculo tamaño del mismo.
Para quienes han hecho de la Lotería un modo de vida, quizás su vida, como clientes asiduos al billetero de confianza o de aquel expendio de todas las mañanas, sólo se ve complementada por la corazonada certera y por la (rápida) confección de castillos en el aire, que, para unos, terminan volviéndose catedral. Sin embargo, hay otro tipo de compradores de lotería que son atraídos por el diseño del billete en turno y hasta los hay que se interesaron por la efemérides en curso. Cuando el poeta y editor Alí Chumacero fue homenajeado en Guadalajara por el 90 aniversario de su nacimiento, el siempre proteico Fernando del Paso confesó maravillado haber comprado la serie completa de la lotería dedicada por completo al ilustre vate nayarita, la cual, firmada por él, ya era en sí el mejor de todos los premios. (Me pregunto ¿quiénes no han hecho lo mismo? Y hasta salen a relucir los coleccionistas, sin duda...)
Luego de esta minúscula semblanza de la Lotería Nacional, desde hace varias semanas, y en la coyuntura por los Centenarios de 2010, salió a la venta Lotería Mexicana, suerte de planilla que rinde señero homenaje a las tablitas de antes, donde se marcaban -con frijolitos, regularmente- las figuras que iban saliendo durante el juego, y donde un sonoro ¡lotería! salía del ronco pecho de algún jugador que completaba antes que los demás su tabla de juego. Por una módica cantidad de 20 pesos (equivalente a dos cachitos del Zodíaco, a dos terceras partes de uno de los martes y otro de los jueves), cada quien se hace de una planilla (cuya diferencia con las tradicionales, es la presencia de los personajes y hechos de la Independencia y la Revolución mexicanas, además de los 32 estados de la República Mexicana, el famoso Edificio Moro -sede de la Lotenal-, y, claro, los Símbolos patrios) con 16 figuras diferentes en ella, de libre elección al momento de comprarla. Luego de adquirida la planilla de marras, esperar con ansia y esperanza el sorteo de los sábados, a las 9 pm, por el canal 13, donde los infaltables gritoncitos sacarán cerca de cincuenta números y si alguna de las planillas se llenaba antes de una determinada extracción, la bolsa acumulada sería entregada de inmediato, pero para quienes sigan el desarrollo del juego, si al término del sorteo ya había planillas con 16, 15 ó 14 aciertos, los premios de 2 millones y un millón de pesos, respectivamente, serían entregados. Eso sí, cada sorteo determina el color de la planilla en curso, para evitar confusiones, claro está. (Y ya que hablamos de colores, la semana pasada casi caigo en ese error, pero a la mera hora del sorteo se aclaró todo. Sí.)
Finalmente, y a unos minutos de que comience el sorteo por la telera, cabe decir que la Lotería Nacional, en cualesquiera de sus sorteos y en la maravillosa labor social que realiza con parte de los recursos obtenidos con la venta de sus billetes y planillas, siempre será el mayor milagro que forma parte primordial de nuestra vida, y no hay mexicano que la haya jugado, al menos, una vez en su vida. (Cada que puedo, me hago de un cachito y ahora con las planillas de la Mexicana, es el pan de cada semana.) De verdad.
¡¡¡Lotería!!!

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