lunes, 18 de mayo de 2009

Mario Benedetti: Adiós, poeta

Cuando muere un poeta, una parte del mundo se desmorona y la poesía sólo se vuelve un montón de palabras. Sin embargo, para quienes frecuentamos ese mundo, nada más nos queda un consuelo: saber que estas palabras generaran nuevos y mejores enlaces y así una obra prístina y señera permanecerá a nuestro lado.
Ayer por la tarde, mientras veía las noticias, me entero de la muerte del poeta uruguayo Mario Benedetti (Montevideo, 1920-2009), a los 88 años, cuya obra es de sobra conocida por todos los confines del planeta. Como no me interesa hacer una necrológica más, comparto con ustedes un poema suyo, puesto que la poesía siempre habrá de salvarnos, si no la vida, al menos el día. (Además, es mi favorito.)

Te quiero

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.


(¡¡Adiós, poeta!!)

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