domingo, 29 de abril de 2007

Leaving Port Memories: Días infantiles de radio

Se acerca el Día del Niño y otra vez hacen de las suyas las visiones de estas interminables Leaving port memories. Sin embargo, y a invitación expresa de Rosalía Velázquez, haré una remembranza sobre la radio.
Desde que tengo memoria, siempre ha existido un aparato de radio en la casa, mismo que oía gracias a los gustos de mi padre; recuerdo que siempre sintonizaba la legendaria Tropi Q, en el 92.9 de F.M., donde supe que existía buena música tropical: pasaban buenas cumbias colombianas y conocí una versión en arpa de "Moliendo café", con la que cerraba un turno en cabina. Desgraciadamente, cuando cambió de género, cambié de estación.
Además de ésta, también escuchaba la también legendaria Radio Rin, en el 660 de A.M. Por supuesto, las canciones de Cri Cri no me eran ajenas, pero también supe de los Hermanos Rincón y otros cantantes que hicieron llevaderos mis días. (He de confesar algo: antes de tiempo, me alejé paulatinamente de esa estación. Me ahorré -si es una forma de decirlo- el brusco cambio de Radio Rin a La Candela 660. Para ese entonces, la XEW me convenció.)
Como parte de la herencia radiofónica, volverse escucha de la W era como sentirse parte de la historia pasada y presente, sobre todo si recordamos que las estrellas de hoy y siempre empezaron allí. Y como buen niño en busca de su Arcadia perdida, finalmente la encontré en una emisión sabatina y matutina, de nombre Musicalitrónico, conducida por Arturo Laphan, mejor conocido como Pistachón Zig Zag (y de sobra conocido). Desde luego que estaban los clásicos infantiles, como Cri Cri, Burbujas, Disney y el Tío Gamboín, pero se alternaban sus canciones y melodías con otras de factura reciente. (Con decir que "Laika" de Mecano era de las más pedidas.) Lamentablemente, con el correr de los años, dejé de oir el programa, y creo que lo hice en buena hora, porque también desapareció.
Desde la W, también me asomé al mundo que me tocaba vivir: entre los programas de Nino Canún, Horacio Jaramillo y Virginia Sendel y una peculiar emisión conducida por Susana Alexander, Ahora que me acuerdo, esperaba con ansía las transmisiones de los premios Eres, donde sólo la música me deleitaba. (Verlos por la televisión era lo más lógico, pero no era lo mismo.) Y hasta aquí mis recuerdos de la XEW.
Por supuesto que también tenía otras estaciones hacia donde navegar: la Consentida 1560 (que me educó el oído en lo que a música vernácula se refiere), Sinfonola 1410 (donde La hora de la risa era el programa de todos los días), pasando por la XEQK, la Hora Exacta del Observatorio, hasta llegar a mi actual casa, Radio Educación. Todas las mañanas, a las 7 a.m., despertarse con Batido y espumoso era lo máximo. (Y conducido por Eugenio Sánchez Aldana, mejor aún, por su profundo conocimiento de la música folclórica e infantil.) Algunos años después, Radio Sí, con Mayte Ibargüengoitia y el legendario Emilio Ebergenyi, te llevaba de la mano por la literatura mexicana. Y los fines de semana, ni se diga: Cachivaches y El taller de las sorpresas eran de cajón.
Después de estas Arcadias radiofónicas, tenía que ponerme al día con mis contemporáneos. Por eso, las estaciones poperas no me son ajenas. (Me chocaban en un principio, pero ahora, con varios años encima y visto como un anciano ante mi hermano de 16 años, siento que las conozco de toda la vida.) De cualquier manera, siempre regresaba a los clásicos, mis clásicos: Ray Conniff, Franck Pourcel, Paul Mauriat, y eso por medio de 6.20. (Allí supe que existía Mireille Mathieu: bueno, la primera vez que escuché una canción interpretada por ella, fue, precisamente, una de Cri Cri. Cosas de la vida.)
Después de muchos años, y viajando por ambos extremos del dial, me doy cuenta que la radio siempre ha estado conmigo y compartiendo no sólo una vida, sino muchas. Hace quince años, ante la demasía de estaciones musicales, deseaba que aumentaran las estaciones habladas. Transcurrido ese tiempo, y ante la exagerada cantidad de estaciones habladas, ahora ansío que aumenten las musicales. (No todo se puede en la vida. ¿Será?) Mientras se equilibran las estaciones, opciones como Horizonte 108, 660 Radio Ciudadana, Radio UNAM y la heroica Radio Educación, siguen, como el Cid Campeador, ganando batallas.
[P.S. Si me dieran a elegir cuál fue el mejor de los juguetes de infancia, sin dudarlo, diría: la radio.]

viernes, 27 de abril de 2007

Más libros para Cecilia

Solamente una addenda a la entrada de hace días: en la sección Biblioteca de Buenavista, menciono algunos autores mexicanos (entre historiadores y literatos) que leo con regularidad y, como buena biblioteca, no deben faltar en las propias. Me explico mejor.
Vicente Quirarte, autor de los Enseres, tiene un libro de narrativa (publicado por CONACULTA) de nombre El amor destruye lo que inventa e Historias de la Historia. En ese libro, Quirarte toma a la historia como punto de partida para hacer ficciones de impecable factura, de las cuales, cabe decir, te acercan a la Historia, sin tanto enredo. No dudaría en recomendarte ese libro y, si tienes dudas de dónde conseguirlo, en las librerías Educal (hoy Libros y Arte CONACULTA) seguro lo consigues.
El segundo no es tan reciente que digamos, pero como en este año se cumplen 100 años de su nacimiento, bien merece la recomendación: Andrés Iduarte. Y como tus intereses se acercan a la narrativa, me parece oportuno y pertinente que comiences con Un niño en la Revolución mexicana y El mundo sonriente, ambos en un solo tomo. Aunque sean libros de memorias, la manera en que son narrados los sucesos, hacen que su lectura parezca como de novela. Y como te interesa conseguirlos fácilmente, en librerías de viejo seguro lo encuentras. (¡¡Hasta con poco dinero te puedes hacer de sus obras completas, no crees!!)
Por último, va una recomendación múltiple: Hay una colección que coeditó el Instituto Politécnico Nacional con la SOGEM, llamada Punto Fino, compuesta de autores mexicanos como los narradores René Avilés Fabila (Lejos del Edén, la tierra), Guillermo Samperio (Anteojos para la abstracción) y Luis Carrión (El infierno de todos tan temido); poetas como Raúl Renán (Cuadernos en breve); ensayistas como Emmanuel Carballo (Notas de un francotirador), Pedro Ángel Palou (Resistencia de materiales), ¡¡y hasta una antología de Mauricio Kleiff, el guionista de Los Polivoces!! (Y para que no digan que el Poli no publica nada, ¿no crees?) En el Centro Histórico, en la calle de Belisario Domínguez se encuentra una librería politécnica y por los precios no te preocupes: hay para todos los bolsillos. ¡¡Suerte!!

Panteón Historiográfico

Se supone que debería hablar sobre la charla de Jean Meyer en la Academia Mexicana de la Historia, pero en vista de que cambiaron a los expositores (Clementina Díaz y de Ovando hoy cerró la segunda temporada, en vez del francés hidrocálido), prefiero hablar sobre mis historiadores de cabecera.
Recordando nuestras clases de Literatura Medieval, existían el trivium y el quadrivium. Pues bien, si se me permite la licencia, prefiero aplicarlos a los historiadores que me atañen. (Trivium: Edmundo O'Gorman, Gastón García Cantú y Luis González y González. Quadrivium: Miguel León-Portilla, Jean Meyer, Enrique Krauze y Javier Garciadiego.) De los primeros creo aprender lo siguiente: pensar desde el principio, nunca desmayar en lo que se hace y, sobre todo, a crear y sostener un estilo propio. (Además de que ellos, en vida, generaron polémicas, pero a su vez, asentando las bases para una nueva mirada historiográfica.) Y de los segundos, a diversificarse abiertamente, aunque sus trabajos sean cuestionados por suso y ayuso.
Pasando a otra cosa, cuando comenté de esto a varias amigas historiadoras, se quejaron con la mención de cierto nombrecillo, mas preferí respetar su opinión. (Sí, bien sé que ando volando bajo, y que debería diversificarme aún más. Les creo.) Sin embargo (y con la debida distancia respecto de mis ejercicios de admiración), para mí tienen mayor valía historiográfica aquellas cultoras de Clío con quienes comparto el tiempo y la cuenta en una sana y edificante amistad, gracias a la diaria convivencia, claro está. Y si están leyendo estas líneas, seguro se darán cuenta de ello.

jueves, 26 de abril de 2007

Leaving Port Memories: Palacios de la Infancia

Luego de resolver parcialmente algunas minucias en Danesa 33, digo, Dinamarca 84, resolví pasearme por los alrededores, en busca del recuerdo perdido, es decir, de mis palacios de la Infancia. No puedo negar que sí los encontré, pero ya no eran lo que antaño. Mejor me explico.
En la calle Antonio Caso, cerca de Insurgentes, estaba la peluquería El Sol Naciente, lugar que hasta hace poco estuvo allí: ahora es un antro más. En dicho lugar, mi padre y yo nos cortábamos el pelo, donde también tuve contacto con varias de las cosas que hoy día forman parte de mi escudo de armas: en los revisteros de la peluquería, siempre estaba Siempre!, los dos locales que estaban pegados al lugar eran un expendio de lotería (con dulcería integrada) y una librería dedicada a materiales didácticos, enfrente estaban el Teatro Venustiano Carranza y los Trajes Dover, lugares que aún resisten el paso del tiempo.
Calles más adentro, en Serapio Rendón, estaba mi otro palacio, el cine Ópera. Después de la jiribilla con los peluqueros, mi padre siempre me llevaba a ver películas (infantiles, y en las que se dormía mi papá, je je), en su mayoría clásicas: Oliver y su pandilla, Bernardo y Bianca, y mi favorita, Los Aristógatos. Sin embargo, en aquel cine se exhibió la película de mi generación: Thundercats. (Para quienes, de niños, seguíamos la serie animada por la tele todas las tardes, era el suceso del año. Y además de disfrutar más de las aventuras de Leon-O y sus leales compañeros, ahora aparecían personajes nuevos: Linzo, Pumara y Bengalí, con los cuales, tiempo después, se hizo la segunda temporada.) No recuerdo exactamente si ésa fue la última película que vi. Ahora que volví a verlo, me siento como Toto, aquel personaje de Cinema Paradiso: sólo me queda esperar su inminente demolición, dado su trágico estado.
[Si estas líneas tienen un fin en especial, es por una toral razón: ganarle tiempo al olvido. Bien sé que la vida, como el más real de los espectáculos, debe seguir. Sin embargo, entre la vorágine de casos y cosas, y como una vez le dije a Laura Cabrera, nada como volver a los viejos puertos. ¿Será?]

miércoles, 25 de abril de 2007

Here's to you, Ximena!!!

Hoy, casi al cierre de la presente edición, me desayuno con la mala noticia de que Ximena Ganado Velázquez, hija de nuestra querida Rosalía Velázquez y princesa coreográfica de esta Nueva República, fue operada de la nariz y como quien escribe también pasó por esos avatares, le envío cordialmente mis mejores y woodstocksianos deseos para que se mejore pronto y podamos seguir gozando de sus coreografías y demás encantamientos. Here's to you, Ximena!!!

martes, 24 de abril de 2007

La Conferencia magistral de Ana Cárdenas

Precisamente hoy, y luego de una serie de avatares en torno a cómo organizar coloquios, diseñar carteles y toda la logística que un evento conlleva, nuestra querida Ana Cárdenas impartió su conferencia magistral en torno a la evolución del signo al tipo, de la cual, cabe decir, abarcó todo un universo. Me explico mejor. Mediante ejemplos, comentó acerca de las primeras funciones de la imagen, para luego y paulatinamente, enunciar los distintas clases de familias tipográficas y de cómo no es lo mismo aplicar una fuente para escribir que otra cuya naturaleza sea ornamental.
A lo largo de una hora, Ana impartió un señorial cátedra sobre las virtudes y las dificultades al aplicar un determinado tipo para la escritura y del cómo una mala tipografía puede darle en la chapa a un texto cuya belleza estética y estilística es inmensa. (No en balde es profesora de la materia de Tipografía en Diseño Gráfico, cosa que seguiré aplaudiéndole.) Y, finalmente, invitar a los asistentes para que conozcan más sobre tan interesante tema.
(Por mi parte, sólo me resta decirle, desde esta tribuna, a la siempre novedosa y genial Anita que siga adelante con estos temas, ya que sientan un precedente en lo que Teoría del Diseño se refiere. También hago extenso mi deseo de que siga creando carteles, de donde habrá de surgir el garbanzo de a libra que ansían tanto estudiosos del diseño como coleccionistas diletantes que se la viven quitando carteles y así engrosar su colección privada.)
¡¡¡Felicidades, Anita!!!

Libros para Cecilia

Hoy, precisamente, recibí noticias de una lectora implacable, quien ya me sacó la tarjeta amarilla porque no he podido enviarle un listado de autores que debe leer. Y aprovechando la coyuntura presente, desde ahora me digno a saldar esa deuda. (Hubiera estado muy difícil, tratándose exclusivamente de autores mexicanos, pero por intentos no nos podemos quejar.)
Primero, la lectura de un francés hecho mexicano: Jean Meyer. (Para el gremio historiográfico, don Jean es autor de La Cristiada, exhaustivo estudio en torno a la Guerra Cristera, y de innumerables estudios sobre la Revolución mexicana, las religiones y la historia de Rusia.) Sin embargo, hay que destacar su faceta como novelista; ejemplos de ello: A la voz del Rey, que trata acerca del primer levantamiento religioso a principios del s. XIX, y Los tambores de Calderón, cuyo protagonista principal es Miguel Hidalgo. (Y ¿qué tiene de especial?, seguro dirás. Pues además de Hidalgo, la historia también la cuenta el militar realista Félix María Calleja; ambos personajes los pinta Meyer muy humanos y no como suelen plasmarlos en los libros de texto.) Cabe decir que parte de esta novela se empleó en el guión de la telenovela La antorcha encendida.
Luego, la única novela de un poeta: Eduardo Lizalde. Teniendo de fondo el ataque a Zacatecas durante la Revolución mexicana, Siglo de un día cuenta las peripecias de una familia provinciana y de holgada situación ante los nuevos tiempos presentes, pero también juega con el lenguaje, y no le faltan ciertos dotes de fantasía. (Se ve que fue escrita por un poeta.) Sin embargo, no deja de ser una peculiar opción de lectura en torno a un pasado reciente, ahora que ya nos están alcanzando Los Centenarios.
Por último, una ensalada de autoras que no debes dejar de lado. Como quieres rebasar la frontera puesta por Amparo Dávila, te sugeriría que revises a Esther Seligson (un libro suyo, Tríptico, es excelente punto de arranque), Beatriz Espejo (Muros de azogue, Alta costura, El cantar del pecador, etc., para que te entretengas un buen rato), Angelina Muñiz-Huberman (Narrativa relativa, antología también, por si las dudas) y no estaría de más que te acerques a otra Beatriz, la Escalante, y tienes de sus obras para dar y prestar.
Mientras estas opciones te interesen, ya las demás vendrán por cuenta propia. Pero esas... en la próxima colaboración. ¡¡Suerte!!

lunes, 23 de abril de 2007

Las bibliotecas palimpsésticas

Se supone que haría una alabanza desmedida en torno al libro hoy 23 de abril, Día Internacional del Libro (aniversario luctuoso de Miguel de Cervantes y de William Shakespeare), pero me iré por el lado más realista y hasta triste del asunto. Me refiero, sin duda, a las bibliotecas palimpsésticas.
Dichas bibliotecas se componen por libros de reciente factura y respectiva adquisición, préstamos indefinidos, ejemplares robados, obsequios de ocasión, etc., pero entre éstos destacan los que compramos en librerías de viejo, es decir, ejemplares de segunda, tercera o cuarta mano que llegan a nuestras manos y que la mayoría de las veces tienen una triste historia. Pongo un ejemplo.
Hace unas semanas, platicaba con Rosalía Velázquez sobre una pasión compartida: la compra de libros. (Y los de viejo, para más señas.) Mientras revisábamos juntos sus compras recientes, descubrimos en la primera página de un libro una dedicatoria autógrafa hecha por el historiador Javier Garciadiego. Ante esta sorpresa, nos prometimos resolver el misterio. Finalmente, sí lo resolvimos, pero la historia era muy triste: resulta que el Dr. Garciadiego le obsequió ese libro a Segundo Portilla, hermano de un colega suyo, con el objeto de que le sirviera en futuras investigaciones. Luego del fallecimiento de Portilla, su biblioteca fue vendida y varios de los libros terminaron en librerías de Coyoacán, de dónde los rescató su amigo. (Y lo seguirá haciendo, puesto que es más fuerte el cariño que el presupuesto.)
Después de esta elegía por una biblioteca perdida, ¿en qué se distingue una biblioteca palimpséstica de una normal? Muy sencillo, en la naturaleza y adquisición de sus ejemplares y en la regularidad con que se reponen. Por ejemplo, cuando nos regalan libros, en buena parte se debe a una reciente mudanza de quienes los obsequian, a una herencia en vida o, simplemente, a que ya son demasiados y deciden con resignación ceder algunos a quien sí los leerá. Todo esto aumenta o disminuye su tamaño. Respecto a su disminución, sea por préstamos, robos o desastres, nos permite comenzar de nuevo, pero con una solar ganancia: haber disfrutado del efímero placer de las primeras lecturas y, con esa esperanza, seguir adelante, como en el caso del escritor cubano Enrique Labrador Ruiz. Luego que las sucesivas dictaduras en Cuba destruyeran sus bibliotecas personales, ya exiliado en Miami y consciente de que no tendría otra biblioteca igual, en una hora muy difícil para él y su esposa Mercedes, llegó a sus manos un libro. Y ello reavivó su inquietud libraria.
Ahora, ¿quién de nosotros no se pregunta por el pasado de sus libros? Cada vez que voy a una librería (y de viejo, para evitar suspicacias), reviso minuciosamente cada ejemplar con la esperanza de hallar un indicio de su origen. Siempre lo hago y por sorpresas no paro. De esta manera, me hice de una antología de Gutierre Tibón (misma que perteneció a una admiradora suya), libros de Esther Seligson dedicados a diferentes personas, garbanzos de a libra de Otto-Raúl González, en fin, la lista es larga y el tiempo, muy poco.
En suma, una biblioteca palimpséstica es aquella que se reconstruye día tras día, sujeta siempre a los caprichos del préstamo, la economía, el destino. Libros de otras bibliotecas que obtienen su carta de ciudadanía cuando los sumamos a la nuestra: herencia en vida otorgada por el eterno placer de la lectura.

sábado, 21 de abril de 2007

Leaving Port Memories: Mecano

Hace varios días, platicaba largo y sabroso con varias historiadoras de Acatlan City y dentro de la conversación, me preguntaron los porqués de mi relación con la Historia y del cómo, siendo un literato de tiempo compartido, conozco datos sobre su gremio. En aquel momento, les dije que dicho interés se remonta a mi lejana infancia, cuando veía por la telera una telenovela histórica de nombre Senda de gloria, la cual marcó mis postreros intereses. Sin embargo, y ya pensándolo bien, creo que mi memoria me manda un tiempo más atrás. Y espero serle fiel.
Mi descubrimiento de la Historia estuvo, paralelamente, ligado a uno de mis gustos musicales: las obras del grupo español Mecano. (Sinceramente, no me considero integrante de la "generación Mecano" ni de otras semejantes, dado que nací a principios de los años 80, pero eso es materia de otra colaboración y no tengo el hígado -por ahora- para hacer una historiografía diletante al respecto.) Cada vez que mi familia y yo regresábamos de vacaciones, al llegar a la casa siempre sonaba por la radio una canción de Mecano, ya fuese "Cruz de navajas", "7 de septiembre" o "Laika", que era la que más me gustaba cuando niño. Años más tarde, cambié drásticamente de género musical y mi infancia se quedó en el Cine Ópera.
Para cuando llegué a la preparatoria (lugar que termina de fraguar tus gustos musicales), ocurrió mi redescubrimiento de Mecano, cuando un profesor de Álgebra me prestó algunos cassettes de los álbumes Descanso domincal y Aidalai, mismos que me regresaron momentáneamente a mis años de escuela y de largos viajes a provincia; además, aprendí algo de historia gracias a canciones como "Héroes de la Antártida" (me aprendí de memoria el texto introductorio: quién no recuerda aquellas palabras: "18 de enero de 1912: El capitán Scott, acompañado por Evans, Wilson, Bowers y Oates, alcanza el Polo Sur, pero fracasa en la hazaña de ser el primero. Sobre el punto de la latitud cero, hondea ya la bandera noruega del explorador Amundsen. Exhaustos y fracasados, emprenden el regreso."), "Dalí", "No es serio este cementerio" (con su peculiar humor, claro está), la propia "Laika" (¡¡Al fin sabía de que trataba!!), etc., donde sabías qué onda con las historias y sus protagonistas, sin dejar de lado las historias sencillas, como los insólitos encuentros plasmados en "La fuerza del destino", "El cine", "No hay marcha en Nueva York", por decir algunas. (En una palabra, una especie de historiografía de bolsillo.)
Ahora, 25 años después del comienzo de una leyenda viva, los compactos del terceto español siguen vendiéndose como antaño, salen innumerables compilaciones de videoclips y hasta una obra musical inspirada en sus canciones, Hoy no me puedo levantar, se exhibe en las marquesinas mexicanas e ibéricas; y aún no sé si estoy preparado para integrarme a la "generación Mecano". Y mientras llega ese día, seguiré escuchando sus canciones, checando sus videoclips y hasta analizando sus temas como recurso didáctico para seguir aprendiendo historia. ¿Será?
[P.S. Al momento de ponerle punto final a este fragmento de las Leaving port memories, recuerdo que Ana Cárdenas mañana se llevará a algunos de sus alumnos y demás flota a una función de Hoy no me puedo levantar, cosa que me llena de envidia, pero qué remedio. Habrá un día.]

viernes, 20 de abril de 2007

Propuestas para "La cantante de la semana"

Muy a la manera de los billboards, y con el afán de darles gusto a todas los habitantes y viajeros de la Nueva República, pongo a su disposición varias propuestas para figurar en el Palacio de la Música durante una semana entera, incluyendo la que esté vigente. Quien tenga más votos, se queda. (En caso de empate, será rotatoria la aparición de ambas opciones.) Así que, sin más por ahora, ahí les dejo la lista y ¡¡a votar!!
  1. Dido
  2. Patricia Kaas
  3. Enya
  4. Mecano
  5. Alizée
  6. Mylène Farmer

jueves, 19 de abril de 2007

La cantante de la semana: Mylène Farmer

Conocí la música de la francesa Mylène Farmer hace más de cuatro meses, cuando el interés provocado por las canciones de Alizée me sumergió en la súper carretera en busca de concretas y edificantes respuestas. Finalmente, lo logré (y no me arrepiento de ello) cuando vi el primer videoclip: "Tristana".
Lo veía y lo volvía a ver (su historia es como una especie de Blanca Nieves y los 7 enanos, pero en la Rusia zarista), acrecentando mi interés. Luego, gracias a la constancia, supe de otros videos, como "L'amour n'est rien" (un completo striptease, si se quiere, claro), "Désénchantée" (casi el himno de mi generación, si ponemos atención a su letra, de una complejidad en las imágenes), pasando por la fresa "C'est une belle journée" y el video estilo manga "Peut-être toi", hasta llegar a "Devant soi", tema de la película Jacquou le croquant, de Laurent Boutonnat, la cual espero que llegue a las carteleras mexicanas, aunque sean las del IFAL o de L'Alliance Française. (Lamento no contar con algún compacto suyo, pero se aceptan sugerencias que me ayuden a localizarlo.)
Para aquellos que no conozcan la obra de Mylène Farmer, que ésta sea la oportuna invitación para hacerlo. ¡¡Suerte!!

miércoles, 18 de abril de 2007

Otros 1001 sonetos mexicanos

En el auditorio de Posgrado, a las 12 p.m, tuvo lugar la presentación del libro Otros 1001 sonetos mexicanos, de Raymundo Ramos; obra, cabe decir, resultado de una promesa hecha a su maestro Salvador Novo, luego de qué éste compilara algunos poemas suyos en la primera antología al respecto, publicada por los años 60 en la legendaria colección Sepan cuantos... de Porrúa. Además de la presencia del autor y de sus colegas y amigos Rubén Darío Medina y Miguel Ángel de la Calleja, participó el poeta chiapaneco Roberto López Moreno, cuyo texto laudatorio abundó en juegos de palabras, mismas que generaron una inusitada y bien ponderada impresión del público asistente. (Desgraciadamente, otro poeta invitado, el yucateco Raúl Renán, no logró asistir. Cosas que pasan.)
Confieso algo extrañado que, al asistir a dicha presentación (y acompañando a Sarita, mamá de Ana Cárdenas, diseñadora e integrante de esta Nva. República), tuve el presentimiento de que, tarde o temprano, sería abordado por las preguntas del respetable. Mas no fue así. (Para fortuna mía, el maese Ramos y López Moreno dominaron la situación.) Lo mejor del chou: la hora del autógrafo. Mientras el maese Ramos le firmaba a Sarita sus libros, Roberto hizo lo propio con mis ejemplares de Morada del colibrí y Décimas lezámicas, con su peculiar estilo para dedicar sus libros. (En una próxima ocasión, hablaré más a fondo sobre las dedicatorias en los libros, por mientras recomiendo la lectura de los ensayos "Sobre la dedicatoria", de Hugo Hiriart, y de "Más sobre el arte de la dedicatoria", de Vicente Quirarte.)
Finalmente, el maese Ramos y quien esto escribe, nos pusimos de acuerdo con Roberto para preparar una nueva aventura editorial, de la cual no diré mucho por ahora. Pero les dejo una primicia, para evitar suspicacias: acaba de publicarse un libro sobre el torero Manolo Martínez, en cuyo interior hay un texto de Ramos titulado "Láminas". Si llegaran a conseguirlo, les auguro una edificante y amena lectura.

Acuse de recibo

En estos días, me alegra sobremanera la respuesta que ha tenido este blog.
Agradezco, en primer lugar, a Daniela Sandoval, cuya mariposa amarilla revolotea por estos lares, llevando buenas y peculiares noticias de ambos lados del charco.
Luego, a Nora de la Cruz, quien, al saberse integrante del Consejo Femenino de Gobierno, ahora se encargará de los asuntos de Cultura y Bellas Artes y, si llegara a equivocarme, que la aguja que lleva el hilo lo confirme. ¡¡Gracias, Nora!!
Después, a Mildred Aguilar, que, sin dejar de lado su gremio, se pregunta los porqués de su presencia en esta Nueva República. Claro está que no será la primera vez y espero contar con sus aportaciones en lo venidero.
Y, the last but not the least, a la inteligente Eunice Alpízar, cuyo primer comentario ameritó su ingreso al Consejo Femenino de Gobierno, y cuyas aportaciones sobre Cuéntame cómo pasó no sean las últimas. A ellas, ¡¡muchas gracias!!
Por otro lado, celebro la próxima titulación de mis colegas Noemí Arellano y Julio Ortega, cuyos trabajos me hacen sentir como Russell Crowe en A beautiful mind. Y aprovecho para mandarle un larguísimo y cordial abrazo a nuestro colega y amigo Salvador Xolocotzi, cuyo cumpleaños es hoy. ¡¡¡Felicidades!!!

lunes, 16 de abril de 2007

Cuéntame cómo pasó

Luego de una angustiante espera, ayer comenzó la nueva temporada de la serie Cuéntame cómo pasó, cuyo primer capítulo, "Lisboa era una fiesta", me dejó sin aliento porque el ambiente esperanzador de la Revoluçao dos Craveis impresionó sobremanera a Toni (el Alcántara combativo que primero conocimos como universitario a contracorriente; luego, habitante de paraísos artificiales, y, en la temporada pasada, en su faceta panfletario-clandestina), haciéndole ver que aún había esperanzas. Inclusive se tomó un tiempo para el amor, luego de varios y accidentados romances. Bien por él, ¿no? (Literariamente hablando, creo que sus pensamientos y esperanzas se acercan en buena medida a los del protagonista de El dueño del secreto, de Antonio Muñoz Molina, luego de conocer los vientos de cambio en Portugal.)
Por otro lado, cada día que pasa, me siguen impresionando los siguientes personajes: En primer lugar, Cervan, el voceador, siempre esperando el ascenso de la Monarquía y mientras llega ese día, emprende nuevos negocios y sigue contagiando de buen humor a Carlos, Luis y Josete, nuestros ya conocidos personajes. En segundo lugar, Valentina, amiga y cómplice de Doña Herminia, quien es claro ejemplo del dicho "a la vejez, viruelas", porque se contagia fácilmente del ambiente en boga. (En el episodio de ayer, al verla con una blusa hippie, poco faltó para morirme de risa, he de confesarlo.) Y, desde luego, Carlos, quien cuenta su historia: cada idea que se le ocurre, ¡¡menudo enredo que le toca!! Sin embargo, sin él, la serie carecería de su peculiar humor, sin olvidarnos, claro está, de los sueños de Antonio y Meche, el optimismo de Desi y las esperanzas de Inés y Eugenio, por decir algunos.
Finalmente, hago votos de esperzanza para que esta nueva temporada en México recupere parte del público perdido en temporadas anteriores y se vea como un claro ejemplo de lo que se puede hacer con ideas y un poco más de presupuesto. Mientras tanto, la recomiendo ampliamente.

sábado, 14 de abril de 2007

Letras de la historia e Historia de las letras (III y última)

Transcurrida la tarde del 12 de abril, la mesa 5, "Convivio de letras e historias", tuvo una gran expectativa, debido a lo variopinto de sus temas, que iban de lo fantástico en el cuento, pasando por las lenguas indígenas mexicanas, hasta un memorial en torno a la vida, obra y milagros de Andrés Iduarte.
En primer lugar, Julio Ortega disertó de forma magistral sobre la noción histórica del relato fantástico y enumeró someramente varios ejemplos dentro de la literatura mexicana e inclusive en la latinoamericana. Por lo visto, el buen Julio (admirador de la obra de Augusto Monterroso y próximo a titularse en Letras Hispánicas por la FES-Acatlán) sigue demostrando que la investigación no está reñida con la creatividad. ¡¡Felicidades por ello!!
Salvador Xolocotzi, al hablar sobre Ignacio Manuel Altamirano, lo hizo de una forma espectacular: desde luego leyó su ponencia, pero se tomó demasiado tiempo (aún así le faltó) para explicar todas las aristas de su investigación, cosa que generó una excelente respuesta del público. Esperemos que siga con ese ímpetu para cuando lleguen el Sexto Encuentro de Lingüística en Acatlán y el Tercero de Historiografía Lingüística organizado por la SOMEHIL. De todas formas, siempre se le agradece.
Por último, y rescatando a un personaje olvidado por el bullicio de los Centenarios a celebrarse, el alumno, corrector de estilo y organizador del Coloquio, José Ulises Velázquez Gil, leyó su trabajo sobre la vida y obra del escritor tabasqueño Andrés Iduarte e invitó al público para que lea sus obras, donde destacan títulos como Martí, escritor, En el fuego de España, Familia y patria, Lunes de El Nacional, etc. (Es la tercera vez que incursiona en el ambiente de las mesas redondas y cada ocasión lo hace para hablar de personajes diferentes. Esperemos que se anime y haga una señora tesis con todo ese torrente de informaciones. Ya después, que la "necrología anticipada" -como en Sostiene Pereira- haga lo suyo. Se le agradecerá. De verdad.)
Ayer, viernes 13 de abril, no podía haber mejor final para un evento así que una mesa de leyendas vivas. Desgraciadamente, la Mtra. Patricia Montoya no logró asistir al coloquio por razones de salud, así que el organizador del evento, haciendo acopio de fuerzas, leyó su trabajo.
La temática del texto de la Mtra. Montoya versó acerca de las Memorias de Concepción Lombardo de Miramón y del cómo éstas pueden ayudar a la biografía de su esposo, visto como traidor a la patria. Además, hizo algunas precisiones sobre la obra y por qué no es un libro más, respecto de otras memorias hechas en el mismo siglo XIX mexicano. Esperemos que el siglo XIX le siga dando fuerzas para seguir vehemente con sus investigaciones. ¡¡Muchas gracias, Paty!!
En segundo lugar, la Mtra. Rosalía Velázquez nos dio un adelanto de su tema de tesis para el Doctorado: la figura del mexicano Lázaro Gutiérrez de Lara, quien además de participar en la huelga minera de Cananea, escribió una novela, Los bribones, misma que retrata el ambiente minero, pero desde la mirada de la ficción. Cabe decir que su trabajo resulta ad hoc, porque en 2007 se cumplen 100 años de las huelgas obreras de Cananea y de Río Blanco, y una centuria después, aún persisten ciertas anomalías. ¡¡Ánimo, Rosalie!!
Siguiendo con la logística de las exposiciones, la diseñadora Ana Cárdenas nos impresionó con su trabajo sobre la visión estética de las publicaciones periódicas hechas durante el Porfiriato en México. Explicó su importancia respecto a los tipos de lectores (político, económico, cultural, etc.) a quienes iban dirigidas y su influencia en el desarrollo del diseño editorial. Cabe decir que se trata de la primera persona (y mujer, es decir, doble ganancia) que trabaja estos temas, mismos que pueden ameritar su ingreso al proyecto multidisciplinario H-México. De cualquier manera, ¡¡felicidades, Anita!!
Por último, el gran cierre del coloquio estuvo a cargo de la historiadora Alicia Puga, quien hizo hincapie en la polémica suscitada por la publicación en México del libro Los hijos de Sánchez, del norteamericano Oscar Lewis, allá por los años 60. Auxiliada con un dossier fotográfico, explicó que la edición mexicana del polémico libro recibió tanto malas como buenas respuestas. Las primeras, de parte de un sector de la Sociedad Nacional de Geografía y Estadística, y las segundas, por parte de escritores como Juan Rulfo. (Desde aquí, le expresamos nuestra admiración a la Mtra. Puga para que siga dilucidando más al respecto. ¡¡Muchas gracias!!)
Del balance general del coloquio, podemos decir lo siguiente: Por la peculiaridad de los temas y lo novedoso de sus exposiciones, fue un excelente trabajo que llegó a buen fin. Además, si aún persiste la idea de hacer una segunda temporada, ya se cuenta con un satisfactorio precedente. Por esto y más, ¡¡muchas gracias a todos y nos vemos en septiembre!!

Letras de la historia e Historia de las letras (II)

Prosiguiendo con la mención de los highlights del Coloquio, toca el turno a la Dra. Rebeca López Mora, quien su conocimiento de los Códices Techialoyan es digno de admirarse. Su trabajo sobre Diego García de Mendoza resultó, amén de bien documentado, casi un tema para figurar en una novela de misterio, muy al estilo de "El nombre de la rosa". Aún así, me dejó impresionado.
Del mismo tenor resultó la exposición de Angélica Baena, quien hizo una retrospectiva de los diversos tipos de códices existentes, misma que contó, al igual que su colega López Mora, con imágenes de incomparable belleza. Con esto queda comprobado que en Historia sí se hacen trabajos de impecable factura. Al final de la primera sesión, tanto la Dra. Máynez como la Dra. López Mora, quedaron en reencontrarse nuevamente para preparar nuevos y edificantes proyectos. Para ambas, ¡¡enhorabuena!!
El mismo martes 10, pero entre 4 y 6 p.m, tuvo lugar la segunda mesa: "Mundo escrito y visto". (El título alude a un libro reciente de Italo Calvino, Mundo escrito y no escrito, recopilación de las muchas conferencias que impartió el escritor italiano a lo largo de su vida.) Por desgracia, Nelly Eleno, quien participaría en la mesa, tuvo un pequeño percance y no estaría presente. (Ni modo, el espectáculo debe continuar.)
La ponencia de Marilu Cervantes sobre Kierkegaard tuvo en su mayoría buenos aciertos, como sostener que fue uno de los primeros en lo que a materia existencialista se refiere. Creo que este trabajo sentará un precedente en los estudios sobre dicha tendencia filosófica.
En segundo lugar, José Trinidad Cázarez Mata, estudioso de la Tercera raíz, dio pormenores de la vida y obra de Gonzalo Aguirre Beltrán en torno a sus trabajos sobre la comunidad de raza negra en México. (En su trabajo, cabe decir, mencionó a Guadalupe Castañón y a Raymundo Ramos como continuadores de dicha tendencia; cada uno en su respectiva trinchera, claro.) No tengo empacho en decir que Cázarez será uno de los nuevos investigadores cuyo trabajo sea marco de referencia para y con el tema. ¡¡Felicidades!!
El Mtro. Hugo Cardoso, para cerrar la mesa del día, habló acerca de la primera novela ilustrada de México, Rosa y Federico, cuyas peculiaridades son únicas en un tiempo lejano. Por ejemplo, al no contar con los globos de diálogo (incluidos años después), al pie de la ilustración se describen los hechos; otra, que la novelita se hizo en provincia, debido a la censura imperante en la ciudad de México, y, por último, al contar con un final abierto, resalta su naturaleza folletinesca, tendencia de moda en los periódicos. Y al término de su exposición, mostró las viñetas de tan singular publicación.
Para el miércoles 11 de abril, a la misma hora, la presencia de la literatura fue bastante nutrida, con la exposición de las siguientes ponencias.
Primero, Jojana Oliva habló de la ironía en la comprensión de la historia, la cual es de toral importancia en obras de Jorge Ibargüengoitia, Italo Calvino, Augusto Monterroso y Milan Kundera, por decir algunos. Además, resaltó que la historia puede convertirse en tema tratado en la ficción, siempre y cuando se vea desde un enfoque irónico. Excelente trabajo.
Atendiendo a la premura y rapidez de su participación, Nora de la Cruz habló sobre la novelita, La luciérnaga, de Mariano Azuela, misma que, a diferencia de su predecesora, Los de abajo, toca los ambientes urbanos, los cuales no dejaría del todo en obras postreras. Pese a su condición de "pisa y corre", tuvo una gran recepción por parte del público asistente.
La Mtra. Yolanda Roque, presencia de Ciudad Universitaria en Acatlán, al hablar sobre la novela Nikko, de Efrén Rebolledo, explicó que el caracter diplomático de su autor fue el punto de partida para hablar del decadentismo en la obra del hidalguense, mientras éste representaba al gobierno mexicano en Japón. Cabe decir que el campo de trabajo de la Mtra. Roque abarca el siglo XIX en México y su trabajo sobre Rebolledo prosigue con ello. ¡¡Felicidades!!
Por último, pero no el último, el Mtro. Rogelio Espinosa adentró al público a la obra de José Revueltas (cuyo 31 aniversario luctuoso se cumple hoy, 14 de abril), pero específicamente habló sobre el cuento "Hegel y yo", donde se halla presente la ironía de la que habló la Lic. Oliva. Fue más que amena su explicación semántico-filosófica del relato, cosas que generó varias preguntas del público. [Esperemos que no sea la última vez que genere este tipo de expectativa.] Un excelente final para un buen comienzo.
Respecto al jueves 12, gran respuesta del público asistente tuvieron las dos mesas, tanto matutina como vespertina. Pero las palmas se las lleva la cuarta mesa: "Imágenes de la palabra".
Primero, Carmen Martínez Toriz habló acerca de la simbología en los cuentos de Joao Guimaraes Rosa, especialmente en "La otra orilla del río". Su trabajo en torno al brasileño se enfocó en enumerar y describir su contenido esotérico, como, por ejemplo, los signos zodiacales y los arcanos del Tarot de Marsella. (Si se me permite el comentario, Guimaraes sienta un precedente con su obra, publicada años antes de la novela más conocida sobre el tema, El castillo de los destinos cruzados, de Italo Calvino. Se le agradece el dato.)
Por otro lado, Juliana Castellanos recordó las andanzas del periodista Ryszard Kapuscinski y su trabajo en pro de un periodismo incluyente y sin cortapisas, mismo que relacionó con los recientes weblogs de contenido político en México. ("¿Evolución o muerte de la palabra escrita?", nos pregunta Juliana. Me atrevería a pensar que lo primero. Más vale.)
Por último, Ana Celia Montes, jefa de redacción de la revista Lapiztola, órgano difusor de la Sociedad Mexicana de Caricaturistas, acompañada por Pedro Sol y Rruizte, caricaturistas de los periódicos El Financiero y Metro de Reforma, respectivamente, nos dieron un tour por la historia de la caricatura en México, haciendo énfasis en dos peculiaridades únicas: la caricatura deportiva y el aumento de las mujeres dedicadas a ello. Al final de la sesión, que se prolongó una hora después de la mesa, Pedro Sol y Rruizte le hicieron a cada asistente su respectiva caricatura. Esfuerzo meramente loable que esperemos se repita. ¡¡Enhorabuena!!

jueves, 12 de abril de 2007

Letras de la historia e Historia de las letras (I)

Como primer evento donde se resumen todas los postulados del Acta Fundacional, se encuentra el Coloquio Letras de la historia e Historia de las letras, que se realiza durante la presente semana en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (UNAM) y que el día de mañana llegará a dulce fin. Y en mi calidad de organizador, sólo plasmo, en la primera de varias entregas, algunos de los highlights del coloquio.
La ponencia de Laura Cabrera, "De erudiciones y trivialidades filológicas", fue un excelente arranque a un evento que promete mucho; acerca del texto, sólo cabe decir lo siguiente: su pericia en hablar de los fenómenos de la filología, en relación con la vida diaria de un lector, se acerca -en buena medida- a instaurar una nueva tradición literaria: el discurso de ingreso. Mismo que cuenta (¡¡y en demasía!!) con ejemplos tanto en las Academias de la Historia y de la Lengua como en El Colegio Nacional, institución cuyo fondo editorial se caracteriza por mantener al alcance de la mano las lecciones inaugurales de los miembros.
(Por esta razón, reitero mi agradecimiento y mi admiración a mi querida Laurette, porque cada día que pasa, me sigue sorprendiendo su visión del mundo. Grazie!!!)
Por otro lado, el texto siempre certero y constante en su temática, de la Dra. Pilar Máynez, sigue sorprendiendo a quien escribe porque (y no tengo empacho en decirlo) cada vez más el convencimiento a hacer míos los postulados de la historiografía lingüística. En una palabra, más que convencer, logra convertir.
(Además, aprovecho para agradecerle sus atenciones cuando el Segundo Encuentro de Historiografía Lingüística, realizado en septiembre de 2006. Que no sea la última vez que emprenda algún proyecto suyo. Eso espero.)

Acta Fundacional de la Nueva República

Ciudadanas y ciudadanos de la Nueva República de Babel:

Hoy, jueves 12 de abril de 2007, en respuesta a los enlaces que durante casi dos años he tenido desde que me incorporé a la súper carretera de las Informaciones, hago de su completo conocimiento la aparición de este lugar donde todo está permitido, pero, eso sí, nada es para tanto.
Las materias que rondarán por este lugar pueden ir desde los comentarios más recientes sobre los libros, la música del mundo, la programación televisiva, pero sobre todo, darle segura cabida a los pensamientos, datos, intereses y coincidencias que surjan en el camino que espero sea ancho, pero no tan ajeno.
Como parte del acta fundacional que hago de su conocmiento, son de toral importancia las siguientes reglas:

1.- Toda información digna de comentarse, figurará en este lugar. Excepto sobre política, sea del tipo que sea. No es discriminación, pero estoy conciente de que hay mejores y pertienentes foros para hablar sobre ésta. Y me reservo el derecho de engrosar esa lista.

2.- La pluralidad babélica no es sinónimo de confusión, sino de conjunción. Es decir, que se aceptan propuestas de ingenieros, arquitectos, lingüistas, literatos, diseñadoras, historiadoras, etc., siempre y cuando coincidan con los tópicos planteados en el Punto 1.

3.- La cultura general como pacto verbal. Quienes profesamos el sacerdocio de la palabra, estamos completamente seguros de que sólo las palabras nos sacarán de apuros y, desde luego, generarán más y mejores enlaces.

4.- La constancia puede más que la experiencia. No nos oponemos al tiempo y a la vigencia de las informaciones, siempre y cuando se hagan de forma constante.

5.- La ginecocracia como nueva utopía. Vivimos en un siglo de mujeres, y quienes somos del sexo opuesto debemos aceptar esta nueva realidad.


Después de todo esto, y aceptando de antemano esta "carta credencial", no me resta más que darles la bienvenida.


Atte.
Ulises Velázquez,
Presidente de la Nva. Rep. de Babel