Para el momento en que esta misiva llegue a tus manos, seguramente estarás en pleno vuelo hacia las tierras del Gabo y Shakira (de Mutis y Soraya, preferiría decir), a la búsqueda de un nuevo episodio en esa larga y ajena novela llamada vida.
Hace algunas semanas, me enteré de tu viaje y aunque el tiempo no sea, en cierto modo, nuestro, enviaste una cordial y grata invitación hacia las personas que más aprecias y quieres para compartir contigo esa dicha de atravesar otros mares, otros latidos; me imagino que casi todos acudieron a la cita, excepto quien esto escribe, y no fue por falta de ganas, sino por exceso de destino: aún en estos momentos sigo asimilando el alto impacto de un suceso familiar, que algún día tornaré a contar.
Al recibir la gratísima noticia de tu viaje, mi reacción natural fue de alegría, dado que -¡¡por fin!!- el destino decidió jugar a tu favor y otorgarte un viaje, de donde volverás llena de nuevas impresiones, extraordinarias experiencias, pero, sobre todo, de más vida, misma que habrás de compartir a tu regreso. Y aunque no haya estado en aquella reunión (muy al estilo de Mrs. Dalloway), sobra decir que mi cariño y mi certera admiración andaban por allí, deseándote todo lo mejor.
Finalmente, queda decirte: ahora que estarás en otros lares, procura compartir tus impresiones, tus vivencias desde el primer momento, y si la duda o la nostalgia te hicieran mella en algún momento, recuerda muy bien que somos legión los que te queremos y cuya fuerza te envíamos a cada paso. No lo olvides. Al final, harás tuyos aquellos versos de Constantino Cavafis: No hallarás otras tierras, no hallarás otro mar. La ciudad habrá de seguirte.
Con afecto y admiración, recibe un larguísimo, fuerte y fraternal abrazo. (Bon voyage!!)
1 comentario:
He cambiado de espacio cibernético. Para no perder el contacto, aquí te lo dejo.
Saludos con mucho cariño,
http://mariposaelectrica.blogspot.com
p.d. tus palabras son como un oasis en mi desierto de angustias y preocupaciones. Gracias.
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