En el pasado período vacacional, tuve la oportunidad de regresar a una de mis más fervientes pasiones: la radio. Mientras recuperaba el tiempo perdido escuchando las ocurrencias de Susana Moscatel y Pamela Cerdeira, y recordaba buenos tiempos con la música del Horizonte (al final de cuadrante, claro), decidí echarle un ojito a una vieja estación que me había acompañado en varias de mis empresas y tribulaciones. Me refiero al 900 am, es decir, la XEW, hoy día convertida en W Radio.
Cuando Carmen Aristegui se llevó su dignidad a otra parte, se supone que no escucharía el noticiario espurio (dispénseme la palabra) que quedó en ese sitio. Siento decepcionarlos. Me volví asiduo al noticiario conducido por Carlos Puig, pero para consuelo de algunos, no fue de inmediato. (A los seis meses, para ser más preciso, empecé a oírlo y no me parece nada mal.) Para cuando Carmen regresó con nuevos bríos a la radio, en el 102.5 fm, ya sabía que la cabra tira al monte; aún así, repartí mi tiempo entre las dos emisiones. Pero siempre volvía a la W, gracias a la edición vespertina de Hoy por hoy, conducida por León Krauze. La verdad, lo que se dice la verdad, solamente la participación de los editorialistas acaparaba toda mi atención. Entre todos ellos, destaco la presencia de Pablo Meyer, cuyas colaboraciones sobre ciencia todos los viernes no me perdía por nada del mundo. (Algunos amigos catalogan ese momento como el "cebollazo afectivo-intelectual", aludiendo a los célebres papás de León y Pablo, es decir, el ingeniero historiográfico y el francés hidrocálido. Aquí le paro)
De entre todos los programas de la W, destaca El Weso, suerte de noticiario mezclado con humor, conducido por Enrique Hernández Alcázar, con la participación de El Palomazo Informativo (Fernando Rivera Calderón y Martín Durán), la reina más chula, Marisol Gasé, Ignacio Lozano, Fabián Giles, entre otros. (Cuando el programa empezó su trayectoria wesera, formaban parte de la alineación Los Tepichines, Samia, Christián Ahumada, El Duende preguntón, y el señor periodista, Salvador García Soto, quienes emigraron de la W y crearon en otra estación la némesis del Weso, La chuleta.) De cualquier manera, es una delicia escuchar a los weseros por su desenfadado modo de ver las noticias, sin dejar a un lado el ámbito informativo. Ah, claro, no puede faltar en su emisión una frase ya clásica y sin la cual, este weso no tendría carne: el famoso ti tieto.
De los programas de revista por la mañana, W Radio tiene dos que ya son unos verdaderos clásicos: OK W! y Martha Debayle. Tanto el primero, conducido por Javier Poza, como el segundo, dirigido por quien no necesita presentación, son dos maneras desenfadadas pero certeras de comentar los temas que conforman este mundo y medio que nos tocó por casa. A diferencia de sus epígonos televisivos, no se andan por las ramas haciendo concursos donde lo único que se pierde es la decencia, tampoco se las dan de muy cultos -como en cierto canal- para luego aburrir sin más ni más. Simplemente comentan la vida, con sus respectivos asegunes, pero siempre generando una sonrisa de oreja a oreja. (Su única "competencia" -si se le puede llamar así- es el programa de Pam y Susy, en el 102.5, pero más bien deberían complementarse, ¿no creen?)
Mientras escribo estas líneas, tengo reacciones encontradas. Por un lado, extraño los programas de antaño que producía la otrora XEW, pero por el otro, me alegra mucho que una estación muy querida se incorpore a la súper carretera de la modernidad. Y si le sumamos la uniformidad musical en las dos frecuencias (música en inglés, como en la extinta WFM), creo que quienes fuimos niños cuando existían tanto la XEW como WFM, ahora podamos identificarnos, aunque sea un poquito, con esa nueva W Radio, hoy convertida en un clásico contemporáneo. Hay otros programas dignos de mejor mención, como Triple G, Señal TN o Esquina neutral, pero por mientras delego esa tarea a ustedes, lectores, porque siempre tienen algo nuevo que decir, ¿no es así?
1 comentario:
Hola Ulises, yo, en definitiva -salvo por horizonte, Opus y el 96.1- me quedo con el AM. En particular, Radio ABC, Radio Red, Radio Universidad y Radio Educación (en donde se lleva ahora una batalla para que su estación -pretextando modernidad- no pierda su esencia. La modernidad, una falacia muy útil, por cierto).
Lamento aquí, no coincidir del todo contigo. Los programas que comentas me parecen cosa más light y poco audaces; no se atreven más que a observar la vida con una especie de entusiasmo que yo no comprendo, no sé cómo leerlo (parecen muy platónicos, ignoran el mal, se desentienden de él, del dolor, de nuestras responsabilidades. Ya sabes como es que pienso). Por otro lado, no creo que la cultura -o su alarde- termine por aburrir sin más ni más (¿qué es lo excitante?).
Como quiera que sea, siempre es un placer leerte a ti que sí que eres un hombre culto y que jamás lo aburres a uno.
UN ABRAZO ADMIRADO AMIGO,
Eleutheria.
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