martes, 21 de agosto de 2007

La Cantante de la Semana: Enya

De todas las cantantes que han pasado por las intrañas tierras de la NRB, destaca una por su serenidad y, claro está, la versatilidad que emana de sus canciones. Me refiero a la irlandesa Enya.
Eithne Ni Bhraenain (su nombre en gaélico) nació en el seno de una familia con acendrada tradición musical: junto a varios de sus hermanos formaron el grupo Clannad, quienes compusieron e interpretaron la música de la serie Robin Hood. Más tarde, Enya y su hermana Maire Brennan (también connotada cantante de reminiscencias celtas, pero más allegada a la tradición irlandesa) abandonaron la agrupación y así forjar sus carreras solistas.
La primera producción de Enya fue el soundtrack de la serie documental The Celts, mismo que se reeditaría años después, pero con su segundo disco, Watermark, se colocó en los cuernos de la luna con el primer sencillo, "Orinoco flow" (que en este lado del charco se usó para un comercial de whisky, pero ni modo), sin olvidarnos de la ecléctica "Storms in Africa". (Para posteriores reediciones, se incluyó una "segunda parte", es decir, su versión en inglés. La original está cantada en gaélico.)
Años después, su tercera producción, Shepherd moons, hizo de las suyas con los inolvidables sencillos "Caribbean blue", "Aldebaran" y "Book of days", cuya versión en inglés fue el tema de la película Far and Away, protagonizada por Nicole Kidman y Tom Cruise. (Con esto, la versatilidad de los temas de Enya estaba más que probada.) Para mediados de los años 90, The Memory of Trees fue -hasta la fecha- su disco más logrado, por retomar elementos del Watermark, pero con ciertos guiños de ojo a las incantaciones latinas y a melodías orientales. Para muestra, están "Anywhere is", "On my way home" y "China roses", por decir algunas.
Luego de su recopilación Paint the sky with stars (de donde se desprendió el sencillo "Only if..."), vino A day without rain, disco que en 2001 tuvo un inusitado éxito de ventas, puesto que el primer sencillo, "Only time", fue empleada por los noticiarios estadounidenses para ilustrar escenas del 11 de septiembre. (Sans comments.) Y aprovechando el fervor por la irlandesa, el cineasta neozelandés Peter Jackson y el compositor norteamericano Howard Shore solicitaron su colaboración para interpretar la canción-tema de la primera parte de El Señor de los Anillos, llamada "May it be". (En el resto de la saga, Annie Lennox entró al quite, pero no fue lo mismo.)
Su última producción discográfica, Amarantine, es diametralmente diferente a lo realizado en discos anteriores, puesto que si aún persiste esa serenidad muy suya, también se adentra por senderos no explorados, como en "Sumiregusa", cantada totalmente en japonés. Tanta fue la expectativa con este disco, que la compañía disquera sacó, la Navidad pasada, una edición especial con villancicos. [Nota bene: Esto no es nuevo: Enya ya antes había interpretado villancicos; ejemplo claro, "Oiche chiun" ("Silent night"), o sea, la típica "Noche de paz", incluida como bonus track del Shepherd moons.]
Para quienes gustan de la world music, bien sabemos que Enya no basta ni sobra. Para nada. Por tratarse de una cantante sin par (y muy alejada de la parafernalia musical), cada disco suyo es un viaje hacia nuevas tierras, pero con una diferencia: que quien viaja -o sea, escucha- por su mundo, ya nunca será el mismo, aunque se trate de una sola persona. Aún así, siempre habrá una canción de Enya que sea parte de nuestro corazón, es decir, nuestro muy particular "Book of days". (¿Será así? Disfrútenla.)

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