sábado, 11 de junio de 2011

La edad de los Nuncas y los Nuevos 20

A sólo cinco días de cumplir añitos (y de replantearme muchas cosas, claro está), me pregunto si habré hecho bien en seguir la línea que he llevado en mucho tiempo.

Por influencia de varias personas mayores que quien esto escribe, me abruma la expresión denominada la edad de los Nuncas, es decir, la manera cómo han dado en denominar a la década de los 30, por aquello de que las cosas que no se pensaba hacer estando en los 20´s, ahora en la siguiente década sean el pan de todos los días. ("Nunca pensé acabar así..." "Nunca imaginé verme casado y con hijos..." "Nunca me imaginé vivir así..." y cosas por el estilo.)

Hagamos un alto en el camino. Anoche, mientras regresaba a casita, me acordé de un ex-compañero de la secundaria, y, sin saberlo siquiera, ya tenía una invitación suya para agregarlo al facebook, no sin antes mandarme un mensaje embotellado. Primero leí su cálido mensaje, que luego contesté, para después agregarlo sin problema alguno. Dos horas después, me respondió con otra buena noticia: que frecuenta mucho a un compañero nuestro, precisamente a quien he estado buscando por largo rato. Para ellos, que viven en California, dicha edad ya no les pesa, porque se aventaron a seguir su camino. (Dos locutores de radio, a cargo de un mornin chou y de un turno vespertino en cabina, respectivamente.)

Ahora bien, según la opinión de varios expertos (a los que agrego la visión de una gran amiga, princesa de altos vuelos), la década de los 30 se le ha dado en llamar los Nuevos 20, porque se suceden las mejores cosas, a semejanza de las acontecidas en la década precedente; y bien me lo dijo la Princess of Salamanca, porque su vida en las Europas no se hubiera dado en otras circunstancias. Pero hay otros que sostienen que las peores cosas (incluso las biológicas y donde la salud tiene mucho que decir) suceden ya entrados los treintas.

Sin embargo, creo que ambas posturas se contraponen en un servidor; celebro el segundo aire que otorgará, quizás, entrar a una nueva década, pero me espanta no cumplir otras cosas y que el cuerpo haga de las suyas, sin siquiera anunciarlo... (A la vejez, viruelas; y a la juventud, ¿artritis?) Ya veremos en qué para todo esto, por mientras... celebremos. Y ya.