viernes, 29 de junio de 2007

Terminan las celebraciones

A lo largo de 26 días, las celebraciones neobabélicas tuvieron muchas direcciones, mismas que se resumen en una sola palabra: amistad. Reconozco también que hubo varias fallas, pero ¿qué celebración no cuenta con contratiempos? Cosas que pasan.
Ahora bien, he aquí un listado de los eventos más significativos de estos días de celebración.
  • Junio 13: A la Consejera Laura Cabrera se le otorgó el cargo de Embajadora Neobabélica en las Europas, mientras permanezca en ese lado del charco.
  • Junio 14: El Presidente tuvo su primera experiencia iniciática (encaminado por el gurú pambolero y gastronómico Luis Suárez) en las artes del gourmand-gourmet al degustar los tacos de cochinita pibil. (Aún sueño el sabor saber de aquella experiencia.)
  • Junio 15: Con la presencia de las Consejeras Rosalía Velázquez y Ana Cárdenas, la tarde se prolongó interminablemente gracias a una larga y gratificante comida en el Maque. Cabe señalar que este hermoso y sincero gesto, acompañado por sopa de alcachofa y pechuga en salsa de tamarindo, aderezada con una ronda de recuerdos del porvenir, memorias de antonia y demás invocaciones/evocaciones, me dejó sumamente conmocionado. (No hallo aún palabras para ello. A la felicidad vivida le sobran letras para expresarse.) ¡¡¡Gracias!!!
  • Junio 18: Hice partícipe de estas celebraciones a una importante presencia de la Nueva República. Nora de la Cruz, Consejera de Cultura, también cumplió añitos, pero la Cara Diva bien sabe -¡¡y de sobra!!- que las mujeres no tienen edad. (O, al menos, la que quieran adjudicarse.)
  • Junio 24: Compartir los viajes interiores de Sarita y Anitta hacia el principio del mundo, o sea, la hermana República de Yucatán, donde la experiencia mística de Uxmal lo dijo todo.
  • Junio 27: Un reciente viajero por estos lares, Julio Ortega (antiguo compañero de batallas del Presidente) pasó por la experiencia del examen profesional. Un cálido gesto de su parte haber estado entre los invitados especiales, cosa que aún le agradezco. ¡¡Faltaba más, colega!!
  • Junio 29: Dos viajes por el mismo día. El primero, con Rosalía, hacia Ciudad Universitaria para atestiguar el indudable talento del historiador francés François Dosse, para después vivir la Ciudad Lluvia camino hacia la Biblioteca Franklin y, finalmente, detener el tiempo y la comida cerca de Acatlan City. Y el segundo, hace unas horas, hacia la galaxia celular con Annie L.D.G. (oír la frase "Houston, we've a problem", es ya pan de cada día), cuyas palabras y aún sorpresas por contar, no dejan de sorprenderme. (Es más, ¡¡hace tiempo que no rebasabamos la media hora!!)

Por otro lado, aprovecho para anunciar la canción-videoclip que se va de la "Galería de la Memoria". A pesar de los votos recibidos, en estos momentos hago la apertura del sobre donde se contiene mi selección final. [Paréntesis de dos minutos mientras saco y desdoblo el papel. Ahora sí, ya lo leo.] La canción que se va es: "Gente", de Laura Pausini. A partir del lunes 2 de julio me pondré en contacto con las dos únicas ganadoras para acordar fecha y lugar de entrega. Al resto de las Consejeras, sólo me resta desearles mejor suerte para los próximos juegos.

Con este hecho, quedan clausuradas las celebraciones en torno al 26 aniversario del Presidente de la NRB y nos vemos el año próximo.

¡¡Muchas gracias!!

jueves, 28 de junio de 2007

Mata Hari en París

(Hoy me desayuné con una buena noticia: una de las Consejeras -a quien llamaré Mata Hari, por razones que ella conoce- me envió sus impresiones desde la Ciudad Luz. Sin más explicaciones, dejo que algunos fragmentos hablen por sí mismos.)
Por Belenos, por Tutatis y por Belesana!!
Que estoy en Lutecia y es mas pequenia de lo que pensaba.
Ya visité Montmartre y pasé por su cementerio, tambien pasé a la Plaza de la República y al cementerio de Pêre Lachaise, pero no lo pude ver completo por la hora.
Platiqué en una tienda con una mujer italiana que sólo hablaba su lengua y es fantástico poder practicar el idioma, aunque tras estar hablando inglés tanto tiempo, ya se me anda olvidando cómo se dicen las cosas en italiano.
Pasé a comprar en un minisuper como cualquier hijo de vecina y hay personas que me creen francesa, pues ya me pidieron dinero en la calle, ayuda en el cementerio y hasta me evangelizaron.
Pase al salesiano de Francia!!! Está bonita la iglesia.
Ando un poco cansada, [...] procuraré no gastar dinero en el metro y caminar todo lo que pueda.
(Y al día siguiente...)
Hoy fui al cementerio de Pêre Lachaise (lo que me faltaba y ya con mapa) y caminé hasta El Louvre. ¡¡¡Me lo eché completito!!!! En casi siete horas de recorrido sin parar, sin comer y sin beber.
Estoy casi muerta de cansancio, pero muy feliz.
[...] ¡¡¡Paris está en todas sus tiendas hasta en un 75 % de descuento!!!!
(Mientras tanto, estaremos a la expectativa con más de las andanzas de nuestra Mata Hari.)
Au revoir!!!

martes, 26 de junio de 2007

Danzón dedicado a...

En esta semana, donde mi pan de cada día es la filología hispánica, durante toda esta semana, el danzón dedicado a... se divide en dos:

  1. Las selecciones expuestas en el Palacio de la Música, con motivo del próximo regreso de Ana Cárdenas, estarán dedicadas a ella. Here's to you, Anitta!!
  2. A sugerencia de Paulina Martínez, el Estadio Espartano se pone "sudaca" con la presencia del maestrísimo Fito Páez. ¡¡Va por ti, Pauluna!!

Y, por otro lado, me uno a las felicitaciones por la reciente salida de la Divina Caterva de Clío, compuesta, entre otros, por José Trinidad Cázarez, Tania Barrera y Miriam Godínez, a quienes auguro lo mejor para los próximos días y mis mejores deseos para sus intenciones se tornen invenciones en el Oficio de Historiar. ¡¡Enhorabuena!!

Lonesome Traveller: Otto-Raúl González

Para quien la poesía es una forma de vida, ha de saber que nunca morirá del todo ni su persona ni su obra. Y en el caso del guatemalteco-mexicano Otto-Raúl González, esto queda bien aplicado.
Radicado en México desde los años 40, y con su primer libro bajo el brazo, Voz y voto del geranio, Otto-Raúl González dedicó sus mejores años al ejercicio de las letras, sea para alimentar a su familia (el periodismo), sea para alimentar el alma (la poesía). Para la cosmovisión del guatemalteco, ningún tema le era ajeno. Solía pasar, rampantemente, de la estampa dedicada a destacar los dones de la naturaleza, pasando por la alabanza desmedida a grandes figuras como, por ejemplo, Juárez, Zapata o Joan Baez, y luego, de ida y vuelta, dedicar sus talentos al elogio y alabanza del soneto, forma que terminó por dominarlo. Sin duda alguna.
Hace año y medio, durante un coctel realizado en la Fundación René Avilés Fabila, tuve la fortuna de conocerlo. (Ya lo ubicaba desde un poco antes, pero nunca se dio una oportunidad para conocerlo. Hasta aquel día.) Le comenté que había encontrado un ejemplar de su libro Coctel de frutas en una librería de viejo; libro que, cabe decir, me dejó maravillado. Sin desatender su caballito de tequila (no en vano se había ganado el título de Doctor Honoris Sauza), me expresó su alegría por saber que su obrita estaba (¡¡ahora sí!!) en buenas manos. Minutos después, y mientras lo acompañaba con una copa de vino tinto, me regaló un ejemplar de sus Cuentos de chamanes y brujas, con un sencillo pero emotivo prólogo de Eliseo Alberto. Luego de firmarlo, claro está. Agradecí sobremanera ese gesto. Esa fue la única vez que lo vi.
Sin embargo, mi contacto con la obra ottorauliana apenas comenzaba. En una venta nocturna del Fondo de Cultura Económica compré su Colibrí y conejo (hasta ese momento, toda su obra poética reunida, mas nunca dejó de escribir), y en las oficinas de la Fundación, René Avilés Fabila me facilitó un folletín con los poemas dedicados a Benito Juárez. (En aquel momento, estaba de visita Obed González, hijo del maestro, quien nos comentó de una próxima presentación editorial. El libro, según recuerdo, era La vuelta al mundo el 80 poemas.)
Ahora, a escasos días de su fallecimiento, queda la imprescindible labor de leerlo, para quienes lo conocen por vez primera, y de releerlo, para quienes ya lo conocemos. Porque, decía Octavio Paz, "el mejor premio para un escritor son sus amigos desconocidos", es decir, los lectores, quienes viajamos por su obra. Y eso, de por sí, ya vale la pena.

lunes, 25 de junio de 2007

Se lee y se corrige ajeno

Hace tiempo, cuando conocí a Rosalía Velázquez (y, con ello, las latas del oficio historiográfico), tuvo la tremenda puntada de poner en una de las paredes de su cubículo un letrero que decía así: Se lee ajeno. Dicha boutade se debía a su condición de asesora de tesis, aludiendo al femenino y benemérito oficio de coser, lavar y planchar ropa ajena para ganarse el pan de cada día. Para quienes nos dedicamos al no menos épico oficio de la palabra, esta asociación no nos resulta ajena. Me explico mejor.
En innumerables prólogos a sus libros, Luis González y González hacia énfasis en la labor que hacía su esposa, Armida de la Vara, cuando ésta corregía el estilo de sus obras, porque, recordemos, un historiador puede tener bien afilada la mirada crítica, pero plasmarla en papel y de manera ordenada, resulta imposible. Por eso la necesidad de leer ajeno, para hacer nuestra su mirada. (Y sin menos trabas, claro está, porque lo que queremos son lectores, no especialistas, porque "nadie es especialista de nada", sostenía -¡¡y con toda razón!!- Ikram Antaki.)
Por otro lado, ¿qué gana un oficiante de la palabra en corregir el estilo de historiadores, diseñadoras gráficas y arquitectos? Mucho y a veces poco. Mucho en el sentido de aprender sobre otros temas, darle una mirada fresca cuando se piensa en el final destinatario de la obra, pero más en aras de una postrera convivencia, donde las obras sean sólo amores y no buenas razones. Por el contrario, el corrector debe cuidarse de adentrarse demasiado en el tema que revise, porque podría convertirse, en menos de lo que espera, en un erudito a la violeta. (No es malo esto, pero hay que cuidarse. Nada más.)
Finalmente, es necesario leer y corregir ajeno para que los temas se vuelvan propios y descubrir otras miradas acerca del mundo que nos lee (y nos corrige, aclaremos), porque si la lectura (inmóvil o sedentaria) tiene una excelente cualidad, es, precisamente, esa condición. Ya bien corregido el rumbo, todo lo demás, son galimatías. (O debería decir ¿rollos mareadores? Que el lector decida.)

Leaving Port Memories: Madredeus

(Aprovechando la lusofilia de nuestras Consejeras Nora de la Cruz y Daniela Sandoval, dedicaré las siguientes líneas a un grupo que nos gusta.)

Durante mis años en la preparatoria (donde, o se era rockero por fatalidad, o grupero por default), tuve la fortuna de escuchar la música de un grupo descrito en una palabra: atemporal. La potente voz de la portuguesa Teresa Salgueiro, vocalista del grupo lusitano Madredeus, me llevó por otros ambientes donde sólo la nostalgia (saudade) era la primordial. En su segundo disco, Existir, todavía hay guiños de ojo a la tradición del fado -las guitarras-, pero se creaba un sonido totalmente nuevo. Durante dos años, ese fue mi música de cabecera.
En el primer año de la carrera de Letras, una compañera mía (y otra atemporal, recalquemos), Noemí Arellano, tuvo la fortuna de prestarme O Espirito da Paz y el sublime Ainda (banda sonora de Lisbon Story, de Wim Wenders), cuya sola escucha confirmó mi predilección por ese grupo de impecable factura y talento non, hasta que un día, gracias a una duermevela y a la programación matinal de Radio Educación, quedé sin palabras. Después que se transmitió completo O Paraiso (en aquel tiempo, la más reciente producción del grupo), me decepcionó completamente. Y dejé de lado (muy a la deriva) escucharlos de nuevo. Sin embargo, gracias a los buenos oficios de Onatta Lecona (matemática sin par metida en política), me di una segunda oportunidad. Nunca cesaré de agradecérselo.
Ahora, gracias a un regalo de cumpleaños, tengo el Antologia en mis manos y cada vez más me sigue gustando la música de Madredeus, aunque ya los años -¡¡con todo e integrantes!!- comienzan a notarse. Pero esas coisas pequenas valen poco para quienes gozamos de sus canciones. Y aquellos que aún no las conocen, la invitación está hecha para convencerse y también (¿por qué no?) convertirse a su culto. Después de todo, y como decía E.M. Cioran, "toda música verdadera nos hace palpar el tiempo". ¿Será?

lunes, 18 de junio de 2007

El Cantante de la Semana: Josh Groban

Cada vez que se puede, digno es regresar a la frescura de los clásicos, y más si éstos son nuestros contemporáneos. En el caso de la música, debe ser así.
Cuando escuchamos al cantante norteamericano Josh Groban, presenciamos una muy peculiar fusión de juventud con una pasión sin cortapisas. (Seguro más de un lector estará pensando: "¡¡Qué no se atreva a compararlo con las grandes lumbreras del bel canto!!" Siento decepcionarlos, pero sí lo haré.) Y esa pasión es lo que hace a los buenos cantantes, sin importar si son, o no, bien parecidos. Aquí sí vale aquello de "Talento mata carita", ¿verdad?
Sea lo que interprete, es innegable sentir una conmoción en demasía, hasta llegar al grado de las lágrimas. Me explico mejor. Al escuchar "Remember" (tema de la película Troya), sí sucede dicha conmoción, sólo que ésta se dispara hacia otros horizontes. Lo mismo podría decirse de "Mi mancherai" (versión vocal de Il Postino), entre otras canciones cuya elección dejaré libre para quien guste.
De algo sí estoy seguro: que tenemos cantante para rato. Y, si no, que el Palacio de la Música (o alguna de las Consejeras) me lo reclame. De verdad.

¡¡Felicidades, Nora!!

(Sí, tienes razón: cada mujer es tan joven o tan madura como quiera ser. Y si tus añitos lo valen, no me opongo.)
Celebro, luego de una ola depresiva ocasionada por el largo y sensiblero fin de semana, vida, obra y milagros que te componen. Porque, seguro sabrás, cara diva, siempre habré de alabar y de reconocer el ímpetu de un talento sin cortapisas, con una mirada que parece ser la primera a cada paso, y sobre todo, saber que cuento con una certera (y sincera) tripulante en las embarcaciones de quien escribe. (Por otra parte, me siento complacido al contarme entre los pasajeros de tus empresas y tribulaciones, cualesquiera que sean.)
Por último, sólo me queda desearte un excelente cumpleaños (lleno de alzas y bajas, como debe de ser; me inclino porque aumenten las primeras) y recordarte que cuentas con mis palabras, mis proyectos y, lo más importante, saber que siempre serás bienvenida a este puerto.
¡¡¡Enhorabuena!!!

sábado, 16 de junio de 2007

An Official Odyssey (Informe 2006-2007)

Hoy, sábado 16 de junio de 2007, minutos después de las 5 p.m, celebro el cierre de una época con el siguiente reporte que tengo a bien presentar al Consejo Femenino de Gobierno:


  • Publicación de obra poética en los números 74 y 76 de El Búho, correspondiente a los meses de mayo y julio de 2006, respectivamente, y en el número 41 de la revista Planos en Descritura, del mes de septiembre.
  • Participación en el Segundo Encuentro de Historiografía Lingüística (organizado por la Sociedad Mexicana de Historiografía Lingüística, El Colegio de México, el Instituto Nacional de Antropología e Historia y la Facultad de Estudios Superiores Acatlán/UNAM), que se realizó del 4 al 8 de septiembre de 2006, con la ponencia "Entre Babel y Clío: La experiencia historiográfica y lingüística de José Fernando Ramírez".
  • Organizador y participante en el Coloquio Letras de la historia e Historia de las letras, que se realizó del 10 al 13 de abril de este año, en la misma FES-Acatlán, en colaboración con las secciones de Historia y Letras, pertenecientes a la División de Humanidades.
  • Asesor y corrector de estilo para diversos proyectos, entre los que se pueden contar la edición de la Poética de Horacio, hecha por Raymundo Ramos, y algunos textos del proyecto Historia ACA.
  • Por último, la fundación de esta ilustre Nueva República de Babel, cuya antecesora no corrió con mejor suerte.

También aprovecho para anunciar el orden oficial del Consejo Femenino de Gobierno y las funciones que detentará cada Consejera:

  1. Laura Cabrera (Gobernación)
  2. Ericka Mildred Aguilar (Hacienda)
  3. Ana Cárdenas (Educación)
  4. Rosalía Velázquez (Trabajo)
  5. Juliana Castellanos (Comunicaciones)
  6. Paulina Martínez (Salud)
  7. Daniela Sandoval (Relaciones Exteriores)
  8. Nora de la Cruz (Cultura y Bellas Artes)
  9. Verónica del Toral (Turismo)
  10. Araceli González (Economía)
  11. Eunice Alpízar (Desarrollo Social)
  12. Pilar Máynez (Función Pública)
  13. Ana Laura Díaz (Seguridad)
  14. Claudia Salazar (Defensa)
  15. Alicia Puga (Investigaciones históricas)

Ante este ligero informe de actividades, sólo me resta planear y esperar el curso normal de los siguientes para el año 2007-2008.

Atte.

Ulises Velázquez

Presidente

viernes, 15 de junio de 2007

Prosiguen las celebraciones

Como parte de las (múltiples) celebraciones, la Presidencia hace los siguientes anuncios:

  1. En ausencia de las Consejeras Laura Cabrera (Gobernación) y Ana Cárdenas (Educación), provisionalmente ocuparán sus cargos Rosalía Velázquez y Paulina Martínez, quienes se ocupaban de los Ministerios de Trabajo y de Salud, respectivamente.
  2. Respecto al juego convocado en la Galería de la Memoria, el número de canciones aumenta a 16, por lo que las Consejeras pueden refrendar su voto o, en su defecto, cambiarlo. La dinámica sigue igual.
  3. Aparece una nueva sección dedicada a homenajear a los grandes escritores: Lonesome Traveller. Esperemos que sea constante su secuencia.
  4. Dentro de las celebraciones, el próximo domingo 18 de junio, la Consejera Nora de la Cruz también cumplirá años. (No decimos cuántos, porque las mujeres no tienen edad. Ni la ginecocracia tampoco.)
  5. Por último, antes de irse, la Consejera Cárdenas deseó unos cañonazos para quien escribe. En el Palacio de la Música hay algo que se le parece y también van para De la Cruz. ¡¡Disfrútenlos!!

Atte.

La Presidencia de la Nueva República de Babel

jueves, 14 de junio de 2007

Lonesome Traveller: Jorge Luis Borges

Decía E.M. Cioran en alguna entrevista que un escritor sólo existe cuando es releído con fruición. (Drástico, ¿no?) Pero no deja de tener razón a la mera hora de la lectura y en este punto coincide con otro delicado, el argentino Jorge Luis Borges.
La vida, obra y milagros de Jorge Luis Borges Acevedo (Buenos Aires, 1899-Ginebra, 1986) se resume en una sola palabra: fidelidad a la lectura. Desde temprana edad se acercó a los clásicos en lengua inglesa y castellana, y es, precisamente, el oficio de la lectura el que determinó su vocación literaria: mas que construir historias (que sí lo hizo, y con una maestría insuperable), se empeñó en recuperar las tradiciones que lo precedieron. V. gr. En el caso de la novela policial, fue de los primeros en difundir la impecable factura del non Gilbert Keith Chesterton y su Padre Brown; exhumó de los panteones académicos a las antiguas literaturas germánicas, reconoció el talento y la pasión crítica del mexicano universal Alfonso Reyes, entre otras cosas.
Sin embargo, a la par de esos talentos y pasiones, Borges cargó con un peligroso estigma: la ceguera. Luego de una vida dedicada a una lectura sin tregua, pasó a las tinieblas físicas, pero ello no mermó su pasión intelectual. (Luego de perder la vista, y con ayuda de varios amigos suyos -entre éstos María Kodama, postrer esposa, amanuense y legataria de su obra-, surgieron antologías, ensayos, conferencias y hasta colecciones literarias: grata herencia de un lector de tiempo completo hacia la humanidad.)
Hoy, 14 de junio, a 21 años de su fallecimiento, queda para nosotros la indiscutible obligación de leerlo -por vez primera o para un enésima relectura, no importa-, porque, borgesianamente hablando, es lo mejor que puede sucedernos. Sin duda alguna.

Viajes, experiencias, ¡¡palabras!!

Cada vez que una de mis amistades se va de viaje, siempre pienso que vendrán tiempos mejores. Ni dudarlo siquiera. Sin embargo, la nostalgia, a veces, me induce a pensar lo contrario.
El único consuelo que me queda -como buen viajero en tierra que se respete- es hacerle caso a una canción de Enya (tema principal de la película Far and Away): "Book of Days". Además, cuando el regreso de aquellos a quienes amamos está próximo, digno es escuchar sus visiones, andanzas y hasta los duros aprendizajes que obtuvieron a lo largo de su jornada, porque también las palabras son puentes y hasta viajes, si se quiere.
Por mientras, sólo me queda desear a mis queridas Laurette y Annemarie un feliz viaje, pero también un regreso pronto: El viaje es la mejor prueba de vida.
Bonne Tournée!!!

martes, 12 de junio de 2007

Fauna de librería

Sí, lo admito: me asumo un irredento visitante de librerías. Pero hace diez años, simplemente era un lector de contentillo, porque mis lecturas se limitaban a las pocas compras (escolares, en su mayoría) que hacía en una librería cerca de casa y también al periódico que adquiría sanamente en el voceador de la esquina. Pero en la preparatoria, mi mundo cambió.
Luego de sacarle todo el jugo que podía a la librería de siempre, un día, una compañera de la prepa (cuyo nombre me reservo, ahora que la política nos ha separado) me recomendó leer obras de E.M. Cioran, cosa que aún le agradezco. Ante mi inquietante duda, le pregunté dónde podía conseguir libros de ese autor y me dijo que en la librería del Pacificador Hindú, allá por Miguel Ángel de Quevedo, podía hacerlo. Nunca me animé a ir, hasta que un día me armé de valor y decidí hacer una visita para ver los precios de los libros. Quedé convencido a la primera. Y de allí pa'l real. (Ahora, luego de confesar mi pasado, y como animal librario que soy, paso a lo siguiente.)
Al asistir a las librerías, se tiene la sensación de convertirse en un depredador a la búsqueda de una excelente presa para cenar -en este caso, no para saciar el estómago, sino para alimentar al cerebro. Para esto, existen tres tipos de visitantes bibliográficos.
  1. Los obligados. Se les suele ver previamente al comienzo del nuevo ciclo escolar, cuyo objetivo no pasa de comprar los libros de texto para materias que no les cuadran del todo. También se incluyen en dicha clasificación los que llegan de pisa y corre para adquirir el ejemplar que los saque del paso cuando de regalar se trata. (Para éstos, la época es lo de menos.) Si "la parábola del filólogo", escrita por el polifacético Peter Greenaway, fuera cierta, este tipo de visitantes no dudaría en cambiar el nombre de librería por el de supermercado.
  2. Los oportunistas. Para este tipo de animales librescos, la presentación de un libro o la firma de autógrafos por un autor de renombre, se vuelven su territorio natural a la hora de comprar algunos libros. (Obviamente, sí compra los del evento en si, pero también hace lo propio con las ofertas que se le ofrecen.) Con regularidad suele verse este tipo de especímenes en los anexos del Pacificador Hindú y la Parroquial, y, por antaño, en el antiguo Rebusque que estuvo hace poco en Eje Central, a unos minutos de Salto del Agua.
  3. Los hedonistas. Estos no conocen el significado de las palabras pisa y corre a la hora de entrar en una librería. No se limitan a revisar las últimas novedades editoriales ni tampoco su panorama se ciñe al minucioso chequeo del catálogo editorial. Además de estas sencillas cosas, se toman todo el tiempo del mundo para cotejar las ediciones del mismo libro, se engolosinan con las ilustraciones de los coffee table (V. gr. recopilaciones sobre Raúl Anguiano, ediciones en gran formato escritas por Enrique Krauze, compilaciones fotográficas de Lourdes Grobet sobre la lucha libre, etc.) y pasan horas y felices minutos en la deliciosa lectura y contemplación de su ejemplar en turno, sentados en un sofá súper cómodo. En una sola visita son capaces de leer completo un libro ¡¡para después abandonar el lugar!! (De esta extraña fauna, se derivan los coleccionistas de separadores, pero eso es materia de otra colaboración.)
(Seguramente hay muchas más clasificaciones, pero hasta ahora me restrinjo sólo a éstas.)
En suma, sean los motivos que motiven una visita a las librerías, no dudaría en pensar que los resultados siempre serán benignos y gratificantes. (Quien piense lo contrario, que me lo diga.) Aunque no compremos nada, por lo menos ganamos una batalla más al saber que ningún tema se agota a la hora de incrementar nuestro acervo personal. Además, así como hay momentos para ir al dentista, al banco o al súper, los que conciernen al tiempo librario son susceptibles de atenderse. (Ustedes, ¿qué piensan?)

lunes, 11 de junio de 2007

Leaving Port Memories: Mi padre y la ciudad

Hace muchos años, y siendo todavía hijo único, pasaba horas y felices minutos acompañando a mi papá, cuando éste trabajaba en la Secretaría de Agricultura. Mientras despachaba los asuntos del ministerio, veía interminablemente el ir y venir de personas y papeles (desde entonces, no he visto nada nuevo), situaciones más que obvias. Sin embargo, al terminar su turno, mi padre tenía programado para mí otro trajín, diametralmente distinto al de su trabajo.
Como la secretaría se ubicaba entre Reforma y Antonio Caso, a unos pasos del Sindicato de Electricistas, nuestras travesías comenzaban en la peluquería El Sol Naciente (hasta hace pocos meses, ubicada en Antonio Caso, casi en contra-esquina con Insurgentes), donde ponía de cabeza a los peluqueros con mis primeros ensayos de estilista amateur. (Sin embargo, siempre salía con un corte nuevo; por aquello de "Más sabe el diablo por viejo..." Cosas de la vida.) Después de esa escala, seguíamos por la colonia San Rafael, hasta llegar a Serapio Rendón, para una larga jornada de cine infantil en el Ópera. Al final de la función, emprendíamos el viaje hacia el norte de la ciudad para recoger a mi mamá del trabajo.
En un Datsun '79, y con la Tropi Q sintonizada, mientras llegabamos a la colonia Lindavista (zona de hospitales, cabe decir), mi padre me mostraba los edificios que pasabamos. Ocasionalmente, nuestros trayectos incluían la Fuente Cutzamala (donde hoy se encuentra la Diana Cazadora), el Ángel de la Independencia, el Monumento a la Revolución, en fín... lo que la ciudad nos ofrecía cada noche. (En septiembre y diciembre, era de cajón pasar frente al entramado que iluminaba el Zócalo. ¡¡Una serie de imágenes inolvidables!!) A veces, cuando llegábamos más temprano, hacíamos escala en la panadería y rosticería Susy (localizada en la calle Cuzco y que ahora es un restaurante) donde mi papá compraba el pan para la cena. Además de bolillos, algunos borrachitos y dos que tres conchas, también compraba dos gelatinas, una de las cuales me servía de cena. ¡¡Qué fácil era llenar de ilusiones a un niño!! Después de ello, volvíamos al hospital y ya mamá nos estaba esperando.
Tiempo después (ya mis hermanos habían nacido), luego de dejar a mamá a su trabajo (y a mi hermanito con la niñera), los tres (papá, mi hermanita Yadira y quien esto escribe) nos enfilamos hacia un domingo lleno de sorpresas en el Centro. En aquellos días, estaba en la Secretaría de Educación Pública, allá por República de Argentina, una exposición sobre la historia de los Libros de Texto gratuitos. Mi papá nos platicaba cuáles eran los libros que usó cuando iba a la Primaria (cuya portada del más conocido hizo Jorge González Camarena); recordé épicos tiempos al ver las ilustraciones que tenían los que usé (hechas por Leonora Carrington, José Luis Cuevas, ¡¡Alberto Gironella!!) y, claro, no podían faltar los que mi hermana usaba en aquellos días (con portadas de Carlos Mérida y Raúl Anguiano, por ejemplo). Inclusive, mi papá movió cielo, mar y tierra para que le cambiaran el libro de texto que le habían obsequiado a mi hermanita. Cosas que pasan.
Ahora, años después, pienso que la mejor herencia que mi padre me dejó, fue el gusto por la ciudad. Por fijarse en el menor detalle al caminar por ésta, por agarrarle sabor a los recorridos y, sobre todo, porque se ha convertido en el eje central de mis andanzas (literarias y viajeras). Los lugares que visitábamos ya no existen. Cuando voy a San Ángel, cada vez que el Metrobús pasa cerca de Antonio Caso y de Av. Reforma, el recuerdo no pide tregua a la hora de la remembranza. Y eso, se lo debo a mi papá. (Seguramente sabe que también le debo el oficio de las letras. Pero eso, se cuece aparte.)

sábado, 9 de junio de 2007

Navegante de biblioteca

Mientras oía "Captain Nemo", de Sarah Brightman, me vino a la mente la imagen de un capitán al mando de su barco, siempre a la búsqueda de cosas nuevas, pero también siguiendo los dictados de su razonamiento, fueran satisfactorios o funestos. Lo mismo sucede con la búsqueda bibliográfica, que puede ser la mejor de las travesías o el peor de los itinerarios. Me explico.
Quien no recuerda aquellos gloriosos años de la primaria y/o secundaria cuando nos mandaban a la biblioteca para dizque investigar cosas para la tarea. Y en esos ambientes, precisamente, uno se topa con ciertas situaciones que, una de dos, o generan un seguro regreso a la biblioteca, o, ya de plano, nos alejamos para no más volver. (Y, sin embargo... regresamos.) Pero vamos por partes.
Cuando se nos pide, por ejemplo, buscar información sobre barcos, los maestros de inmediato nos remiten a la biblioteca más cercana para hacer lo propio, cosa que origina la odisea más descabellada de nuestra vida. (El orden de las cosas no es meramente arbitrario.) Primero, la lata de dejar las cosas en la paquetería -acción, cabe decir, de ciertos dejos carcelarios-, luego registrarse y dejar identificación -y seguimos con lo carcelario-, para después buscar el libro (previa visita al heroíco fichero de marfileño semblante) y desde aquí, hay de dos sopas: 1) Si se encuentra el dichoso ejemplar, la mitad de la batalla está ganada. Y 2) En caso de que no, retirarse con la decepción de un futbolista cuando sabe que acaba de perder el partido. Respecto al punto #1, una de dos: a) Sentarse a leerlo y hacer respectivas anotaciones en la libreta o en las versátiles fichas de trabajo y b) Recurrir, ipso facto, a la fotocopiadora. Siempre gana ésta última. Y hasta aquí el peor de los itinerarios.
Sin embargo, para quienes navegamos por los mares de la palabra escrita, entrar en una biblioteca sólo se asemeja a la travesía marítima del Cap. Jack Aubrey, personaje principal de Master and Commander, de Patrick O'Brian; es decir, con resultados asombrosos, a pesar de lo contrario. ¿Por qué? Otro ejemplo: se supone que debería entrar a una biblioteca -la del Instituto de Investigaciones Filológicas, para más señas- a buscar un libro sobre filología española, pero, finalmente, y gracias a lo accidentado de los anaqueles, me topo con una novela de Arturo Pérez-Reverte sobre barcos y navegantes. (Bueno, siempre atraen más la atención los relatos marítimos que los procesos evolutivos del español. Cosas que pasan.) Esto no nos exime de seguir buscando elementos para nuestras tareas o simplemente para darle de comer a la imaginación.
Finalmente, una biblioteca es buena o mala según como la veas. Se vuelve tu peor pesadilla a la hora de la investigación, cierto; si se ve por el lado del entretenimiento, parece que no. De cualquier forma, una cosa sí es segura: la lectura se gana por derecho propio. ¿Será?

miércoles, 6 de junio de 2007

Comienzan las celebraciones

Con motivo de las celebraciones (del 3 al 29 de junio) por el cumpleaños del Presidente babélico, se inaugura una nueva sección: la Galería de la Memoria, donde se exhibirán algunas de sus selecciones personales. (En caso extremo, dicho lugar también será sede alterna para Los Cantantes de la Semana, pero se limitará al cine y a los videoclips. Esto hasta después del 2 de julio.)
Para arrancar las celebraciones, cada Consejera debe indicar -mediante e-mail, comentario en esta entrada o en charla con el Presidente- qué canción expuesta en la Galería debe irse. Si ésta coincide con la que será eliminada al término de los festejos, se hará acreedora a un libro de mi biblioteca personal. (Según la persona, será el ejemplar.) De eso, ni dudarlo siquiera.
El resultado se dará a conocer el sábado 30 de junio, después de las 5 p.m; mientras tanto, suerte a todas las Consejeras y ¡¡qué comiencen los festejos!!

martes, 5 de junio de 2007

El Cantante de la Semana (Ex-aequo)

Por ningún motivo esta NRB estaría completa sin estas buenas propuestas de Annie Cárdenas, de las cuales sólo me queda decir lo siguiente:

  • Mario Frangoulis es el claro ejemplo de que la ópera no está peleada con la genialidad de la música pop. Digno es de notar sus excelentes interpretaciones a los clásicos de Mecano, "Hijo de la luna" (con ésta queda comprobado que también el género masculino sí sabe llegar a notas muy, muy altas) o "Naturaleza muerta", por mencionar las más famosas. Es innegable su enorme talento, pero hay niveles, si no se ha dado cuenta. (V. gr. A la hora de interpretar "Nights in white satin", no nos oponemos a que lo haga en italiano -¡¡y eso que es griego de nacimiento!!-, pero nada mejor como escucharla en inglés, como se debe.) Sin embargo, y punto a favor suyo, le da otro enfoque a canciones meramente instrumentales, como "A la luna de Valencia" -con sabor a Mecano, claro está- o, mi favorita, "Here's to the heroes" (versión vocal de "Five circles", compuesta por su compatriota Vangelis, tema de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004). Lo único que me resta es augurarle que en sus nuevas producciones sigan tan talentoso como siempre.

  • Russell Watson, por otro lado, es la contraparte (y complemento) del greco Frangoulis, puesto que, a la hora de cantar, siempre lo hace con una frescura y una genialidad sin límites. Sea alguna aria, sea algo tan popular como "Barcelona", Watson la interpreta de tal forma que rinde pleitesía a la versión original. Desde luego, no será la última vez que lo hace. Pero le seguiremos la huella, de eso no nos cabe duda.

Finalmente, de ambos sólo me resta decir que son cantantes dignos de figurar en cualquier conteo, selección o, ya de plano, en toda fonoteca que se respete. Después de todo, no está mal escucharlos de cuando en cuando. ¿Verdad, Annemarie?

La Cantante de la Semana: Lara Fabian

Para ser franco, estaba renuente a incluir a Lara Fabian en la galería de cantantes de la NRB; sin embargo, y gracias a los buenos oficios de la consejera Ana Cárdenas, cambié de opinión. (Nunca me arrepentiré de ello.) Pero explicaré el por qué de mi renuencia.
Hace algunos años, compré en un puesto de discos de segunda mano, localizado en Av. Balderas, un compacto llamado Voices: una antología de grandes cantantes que iban desde los ya clásicos Tres Tenores (Domingo-Pavarotti-Carreras), pasando por las excéntricas Ute Lemper (cuya versión de "La vie en rose" no se compara con la versión de la gran Edith Piaf) y Emma Shapplin, hasta Sarah Brightman, Russell Watson y una bellísima interpretación de "Barcelona" hecha por Freddie Mercury y la gran diva Montserrat Caballé. Sin embargo, tenía que aparecer el negrito en el arroz, con la presencia de Charlotte Church y de la propia Lara, por supuesto. (Paréntesis aparte: Luego de escuchar el soundtrack de Una mente brillante, le perdoné la vida a la Church.) Mi descontento se debía a que Lara interpretó una peculiar versión del Adagio de Tommaso Albinoni, cosa que no me gustó para nada. Y desde ese día, todo lo que tuviera que ver con la Fabian me tenía sin cui.
Gracias a una conversación celular que tuve con Anita, decidí darle una nueva oportunidad a la belgo-canadiense. Buscando en la súper carretera, me topé con algunas canciones suyas, mismas que escuché con atención. Primero hice lo propio con "I will love again", que me gustó solamente por lo rítmico de su tonada. (Cuando escuché la versión al español, mi memoria intentaba decirme: "Oye, déjate llevar". Sí lo hice.) Como sabía que la Fabian cantaba en más idiomas, resolví buscar canciones en francés. Sólo una, "Je suis malade", me atrajo la atención. Luego de los casi 6 minutos que duró la canción, estaba sumamente conmocionado y dije: "¡¡Ya me gustó!!" Pero, ¡¡oh, sorpresa!!, también canta -y muy bien- en italiano. "Un cuore malato" sí cumplió mis expectativas, pero fue la canción "La solitudine" (donde hizo dueto con Laura Pausini) la que dijo todo. Bien sabemos que la Pausini es insuperable a la hora de interpretar sus canciones, pero el estilo apasionado de Lara Fabian terminó por opacarla. Cosas de la vida.
Bastó un fin de semana para unirme a la selecta caterva de admiradores de la belgo-canadiense (oficialmente es ciudadana canadiense) y no creo arrepentirme de ello. Pero, eso sí, de algo si estoy seguro: que si llegara a este lado del charco, no faltaría a un concierto suyo. Y mientras llega ese feliz día, se aceptan sugerencias para adquirir algún compacto suyo, porque lo bueno siempre que llega, lo hace para quedarse. ¿Será?

sábado, 2 de junio de 2007

Hacia nuevas aguas

Dentro de dos semanas, rebasaré la frontera de la edad y aún me queda la duda por seguir haciendo cosas con las mismas ganas de antaño. Tantas las personas que encuentro en mi camino, lecturas nuevas que se posponen a la primera, en fin... sólo minucias que hacen posible el oficio de vivir.
Sin embargo, cada vez que la duda persiste, hago bien en recordar lo que Ofelia Guilmain dijo una vez en una entrevista: "La juventud no se lleva puesta, se ejerce".
¡¡Sigamos adelante!!