miércoles, 18 de diciembre de 2013

Un recetario inverosímil

Ulises Velázquez Gil

En la cocina como en las letras, ha existido una frase, engorrosa como ingenua, que causa escozor por donde quiera que se vea, y cuya respuesta raya en la estupidez: “Pásame la receta…”. Y aunque la mayor parte del tiempo solemos darle largas al asunto, por honor a la verdad no lo hacemos por completo. Sin embargo, muy pocos sí se animan a dar sus pasos para cocinar tanto un suculento caldo como un cuento portentoso.
Atípico hasta para sí mismo, Óscar de la Borbolla, luego de una copiosa trayectoria como narrador iconoclasta, hace un alto en el camino y nos entrega su Manual de creación literaria, a guisa de “instructivo” para confeccionar obras literarias. (A primera vista, se pensaría que este libro aumente el “enorme cerro de lo prescindible”, empleando una expresión de Antonio Alatorre, y que para preceptivas hechas por escritores tenemos volúmenes de entrevistas, y para manuales de teoría literaria, los abultados anaqueles de las bibliotecas universitarias, pero no suele ser así.)
Reza el lugar común que se comienza temprano a leer y tarde, a escribir; y que para dejar de hacerlo, solamente habría que invertir los factores. En el caso del Óscar de la Borbolla que urdió este Manual…, ambos casos, amén de complementarse –como en toda dialéctica que se respete–, se renuevan con un toque muy personal. Veamos que sucede.
Dividido en diez capítulos, De la Borbolla nos entrega los pasos y/o características con que una obra literaria debe contar para serlo del todo, y aunque sea enfático en ceñirlas al tópico narrativo, se prestan también a otros géneros, como el ensayo y hasta la poesía, si me permiten decirlo. Inclusive, el propio autor nos comparte su pro domo sua. Helo aquí: En este Manual no he de discutir la validez de una u otra postura, más bien tomaré de una y otra los elementos que permitan a los escritores noveles hacerse de algunas armas que fecunden su producción […] la hechura de un cuento, de una novela o de un poema tiene que ser acometida con un elevado grado de conciencia y disponiendo del mayor número posible de conocimientos prácticos, pues de lo que se trata es de llegar a dominar el lenguaje para hacer con él lo que se desee.
A medida que avanza la lectura, una voz inusitadamente familiar nos acompaña en ese recorrido cuando aspectos a analizar como la Verosimilitud, la Velocidad, la Visibilidad, la Ambigüedad y hasta el Humor aparecen frente a nuestros ojos. Sí, seguro lo habrá adivinado, se trata de otro atípico de las letras, de nombre Italo Calvino y sus Seis propuestas para el próximo milenio, obra fundamental –pese a lo trunco de su conclusión, dado que el autor falleció poco antes de trabajarlas a fondo en Harvard, en 1985– en toda bibliografía sobre temas literarios. Pero, a diferencia de otras publicaciones, donde se cita de manera inmisericorde uno o varios teóricos, De la Borbolla hace suyos los postulados de Calvino y los adapta a su realidad como narrador a contracorriente. Hablando de adaptaciones, también hace lo propio con otros términos procedentes del ámbito académico; desde Vladimir Propp y Gerard Genette hasta Cesare Segre y Roland Barthes, el autor se asume endeudado con una colega suya, Helena Beristain, cuyas investigaciones sobre el análisis estructural del texto contribuyeron a que aspectos como Historia Subterránea, Voces Narrativas, Economía Expresiva y Fronteras Genéricas tengan su toral participación en este Manual.
Una vez asimilados los conocimientos de una y otra vertiente, Óscar de la Borbolla introduce una “tercera vía”, es decir, su propia experiencia como narrador, y esto, a mi parecer, se logra mediante dos formas: una, aplicando “lo aprendido” en sus propios cuentos y novelas, y otra, gracias a su Método para generar historias, suerte de taller itinerante de escritura creativa. En la confección de antologías como de manuales de toda índole, la buena etiqueta del compilador se traduce en excluirse de del trabajo de marras y dejarle la palabra a sus colegas; aquí no se da ese caso, si obedece a fines didácticos, claro. Para Historia Subterránea, cuentos como “El paraguas de Wittgenstein” y “Los locos somos otro cosmos” contribuyen a ese objetivo; para Voces Narrativas, “El telescopio de Escher”, e incluso fragmentos significativos de sus novelas Nada es para tanto y Todo está permitido, la narrativa borbollesca no se halla exenta de ejemplos y de esas aplicaciones. Además, esa idea me recuerda las prosas guiadas con que Gerardo Deniz acompaña varios poemas suyos a guisa de explicaciones pertinentes. Pero Óscar es enfático al respecto: En este Manual he apuntado algunas recetas que si me han servido es, precisamente, por no haberlas tomado siempre al pie de la letra y, también, porque, cuando escribo, nunca me acuerdo de ellas. (En cambio, como buen escritor que se respete, bien que sí se acuerda de sus obras ¿verdad?) De pilón, cabe decir que sus lectores más acérrimos encontrarán algo misterioso en leer –mejor dicho, releer– cuentos de sobra conocidos. Y para aquellos que no sepan nada acerca de él, este manual con ejemplos resulta sumamente halagüeño. Cuestión de enfoques.
Siempre he pensado que uno de los momentos más extraordinarios de la vida es la creación y dentro de ésta la creación literaria: cuando surge la idea, cuando se encuentra el asunto, cuando uno descubre qué escribir y, a grandes rasgos, cómo hacerlo, nos confiesa, finalmente, un ya experimentado -y no menos ávido de aprendizajes- Óscar de la Borbolla. Para James Joyce como para John Forbes Nash Jr. esto tiene un solo nombre: epifanía, es decir, ese elemento que motiva todos los actos arriba descritos, de dimensiones todavía no descubiertas, y cuya empresa habremos de asumir con el gusto y la pasión que fraguan grandes obras y enseñanzas adquiridas. Para las preceptivas personales, este Manual de creación literaria será tildado de “pretencioso”, mientras que los cónclaves académicos, de obra de divulgación no pasaría. Sin embargo, de algo sí estoy seguro: que la honestidad en compartir esos conocimientos –por mínimos o exagerados que éstos sean– vale más que petulantes terminologías y filosofías de elevador; en esa misma intención, una obra que comparte de cierto modo ese propósito, es el Curso de redacción para escritores y periodistas de su adlátere y colega Beatriz Escalante.
A final de cuentas, cuando se trata de “pasarse la receta…”, siempre habrá alguien dispuesto a hacerlo, pese a que el nuevo recipiendario iguale o supere al original; como en la lotería y en la feria, es un asunto de aproximaciones y de reintegros, unos más afortunados que otros, y hasta en la cocina del recetario más inverosímil surgen obras francamente parecidas. Contemos que así sea por un buen rato. (De verdad.)

Óscar de la Borbolla. Manual de creación literaria. México, Nueva Imagen, 2002.

(26/marzo/2012)

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