sábado, 6 de marzo de 2010

Coldplay: una experiencia proteica

Hace algunas semanas, una famosa revista sobre música realizó, como cada década, su lista de los mejores discos; como en todo listado, no faltan tanto las omisiones involuntarias como las elecciones arbitrarias. Sin embargo, digno es de notar la presencia de un grupo bastante peculiar y cuyo camino musical se encuentra en constante movimiento. Me refiero a la agrupación británica Coldplay, que dentro de unas horas hará acto de presencia en el Foro Sol, al oriente de la Ciudad de México.
Nacido a finales de los años 90, y conformado por Chris Martin, Jon Buckland, Guy Berryman y Will Champion, Coldplay aparece en la escena musical londinense en una época donde grupos, como Radiohead y U2 (con quienes se les llegó a relacionar, dada la naturaleza de sus primeras canciones) partían el queso con todo y caseína. Sin embargo, en el ancho y ajeno mundo de la música, Coldplay comenzaba a labrar su propio sendero musical y para muestra, un botón: de su álbum debut Parachutes (2000), se desprendió su sencillo más famoso (no el primero, claro)de nombre "Yellow", mismo que se volvió -en cierta manera- como su tarjeta de visita. (Sin embargo, cabe notar que la agrupación ya tenía grabaciones previas, de las que sólo mencionaremos los EP Safely (1998) y The blue room (1999), cuyo primer sencillo, "Bigger stronger", los dio a conocer por las frecuencias de la BBC.) Después del Parachutes, el resto... ¿sería historia? Tal vez, si sólo nos restringimos a "Yellow", pero también "Trouble" y "Shiver" hicieron lo suyito.
Para la mayoría de los artistas, la llamada maldición del segundo disco es cosa que genera escozor entre el gremio artístico; para el caso de la cuarteta Martin-Buckland-Berryman-Champion, fue sólo una confirmación del enorme talento compartido. En su caso, A rush of blood to the head (2002), ya contaba en sus letras con temas un poco más delicados y sesudos, si me permiten el acercamiento, evidentes en "In my place", "Clocks" y la cuasi depresiva "The scientist"; destaca también en este disco el uso del falsete por parte de su vocalista, elemento que acabó por volverse un toral distintivo de la música de Coldplay. (Por cierto, A rush... fue la producción que se "coló" en el listado oficial de aquella revista de marras.)
En algún momento de su existencia, no hay grupo musical que tenga en su haber un disco proclive a la experimentación (¿y cuándo no?), sea en la gráfica y plasticidad de la portada y el booket, sea en la innovación en los arreglos musicales y hasta en el contenido de sus letras. Para Coldplay, el disco que mejor reúne estas características es el X & Y (2005), donde se destapan varias obsesiones del vocalista, pero a su vez juega con las imágenes. V. gr. La creación de un alfabeto gráfico -con colores y todo-, basado a su vez en la clave Baudot, código telegráfico creado por el francés Émile Baudot a finales del siglo XIX, mediante el cual está escrito, en la portada del álbum, el nombre del disco. (Y con un poco más paciencia e ingenio, descifrar la frase de la tercera de forros del cuadernillo. Ahí les dejo el reto.) Respecto al tópico musical, Coldplay introduce elementos de música electrónica en varios de sus tracks (en el tercer sencillo, "Talk", se le rinde homenaje a la legendaria agrupación Kraftwerk), pasando por la influencia de David Bowie y Brian Eno, sin olvidarse de sus orígenes rockeros clásicos, tal es el caso del track oculto "'Til kingdom come", canción compuesta ex-profeso para el legendario Johnny Cash, quien murió antes de entrar al estudio de grabación. Muy a pesar de haber colocado en los charts radiofónicos sencillos como "Fix you", "The hardest part" y la celebradísima "Speed of sound", la crítica trató muy mal al X & Y, quizás por pasarse de experimentales. De pilón, cabe decir que con este álbum, Coldplay cierra una trilogía y, por ende, una época de raras incursiones musicales, y que lo mejor del grupo vendría después. Entre renovarse o morir, optaron por lo primero.
Inspirados por el título de una pintura de la mexicana Frida Kahlo, Coldplay denomina a su cuarta producción de estudio con el épico y pomposo nombre de Viva la vida or Death and all his friends (2008), donde se omite por completo el falsete del vocalista y sus registros de voz alcanzarían niveles insospechados. Además, las temáticas de las letras se vuelven un poco más plurales, es decir, que lo mismo describen la peculiaridad de un día lluvioso y los cementerios de Londres, que de reinos vencidos y negaciones de la muerte. El primer sencillo del disco, "Violet Hill", se dio a conocer gracias a los artificios del internet, pero fue "Viva la vida" quien presentó, a los activos y nuevos fans de la banda, la esencia del álbum. Impresionante fue su respuesta que, casi con carácter de inmediato, salió a la venta un EP nuevo, Prospekt's march, algo así como el álbum hermano de Viva la vida, donde además de presentarnos canciones nuevas y hasta una nueva versión de "Lost" con la participación del rapero Jay-Z, se desprendieron los sencillos "Lovers in Japan" y "Life in technicolor, pt. II". (Paréntesis aparte: les propongo que escuchen, alternadamente, ambos discos, para así descubrir una sola cosa: lo complementarios que son. Después de ello, comprenderemos que la salida del Prospekt's march no fue tan mercadológica que digamos, ¿no creen?) Y como la presencia de los pintores está muy socorrida, sendas portadas se conforman con fragmentos significativos de dos pinturas del artista francés Eugène Delacroix: "La libertad guíando al pueblo" (Viva la vida) y "La batalla de Poitiers" (Prospekt's march).
Y para que luego no me reclamen, digno es destacar también la labor social y altruista que realiza la banda: por ejemplo, el 10% de sus ingresos por concierto van dirigidos para obras de caridad, y la militancia de Chris Martin en dos organizaciones, Make trade fair (en pro de un comercio justo) y Meat free monday (donde consumir carne gratis una vez por semana ayudará a reducir el calientamiento global).
A grandes rasgos, Coldplay es una agrupación que ha sabido inventarse a cada paso; ha sabido tomar de sus precedentes musicales (en el árbol genealógico de la música inglesa, podría decirse que hay una línea muy directa con The Beatles) elementos que la distinguen como una de las mejores bandas del Reino Unido. También cabe decir que esa hambre de innovación, los ha llevado a crear los mejores discos, incluso en los terrenos del diseño gráfico. (La portada del A rush of blood to the head fue diseñada por el artista sueco Sølve Sundsbø, muy famosa en el orbe mundial, y retomada en un reciente sello postal que puso a la venta el Correo Británico.) En una palabra, se trata, en toda la extensión de la palabra, de una experiencia proteica. La verdad, no sabría qué más decir sobre un grupo que me gusta sobremanera; simplemente me limito en contar algo de su historia, en invitarlos para acercarse a su obra.
Por último, dentro de unas horas, la alineación Martin-Buckland-Berryman-Champion, como parte del Viva Tour, nos deleitará, hoy y mañana, con lo mejor de su repertorio. Que así sea.

1 comentario:

erich obed dijo...

Coldplay es una agrupacion buena pero nada mas, asi que digamos la sensacion definitivamente no, la critica britanica siempre apapacha a sus agrupaciones (como en Mexico con la Guzman) aun si estas son pateticas y siempre buscan en ellas a los nuevos beatles, esa maldita necedad de ellos, su "A rush of blood to the head", fue muy aclamado en su momento pero que finalmente fue sobrevalorado y no ha sobrevivido al factor tiempo. "X y Y" fue para mi muy irregular inestable en todo el transcurso del disco y tampoco ha tenido suerte por mantener trascendencia, su ultimo disco los regresa a ser un grupo light pero lo que varia es que no a la Radiohead ni U2, creo que falta aun por saber (a menos para mi) si ya tienen un estilo musical propio o siguen por buscar uno, son un buen grupo pero nada mas, porque para mi sus cambios parecen mas una busqueda que un gozo por la experimentacion.