domingo, 15 de febrero de 2009

Nueve veces el Horizonte

Hace nueve años, en un servidor eran seguras tres cosas: mi alegría por el resurgimiento de la UNAM luego de diez meses, el hábito de la escritura poética y mi entrada a la sala de operaciones algunos días después. Mientras se sucedían estas cosas, la radio capitalina era testigo de una nueva estación que comenzaba a transmitirse por el dial: Horizonte 108.
La más joven de las estaciones del Instituto Mexicano de la Radio, tiene un punto en común con sus hermanas: el gusto por transmitir buena música, fuera de los parámetros comerciales, pero con una buena ración de programas. Desde el primer minuto del martes 15 de febrero, con la transmisión de "Conquest of Paradise" de Vangelis, ya se sabía que el perfil se enfocaría hacía la world music y el new age, pero conjugado con el jazz y la música para el cine. Además, la incipiente estación se enriqueció aún más con la presencia de locutores de gracia impar como Luis Gerardo Zavala y Antonio Ríos. Era, tal y como su slogan lo asegura, hasta donde llega la radio. (Y, claro, luego de atravesar la sucursal radiofónica del geriatric squad y una horrorosa estación dedicada a la música grupera, ya era en sí una salvación.)
Sin irse a extremos como ciertas estaciones, Horizonte 108 supo desde el principio equilibrar música y contenidos diversos. Revistas culturales como Universo de la cultura, Mujeres del siglo XX, Al hilo del tiempo, Miscelánea del sonido y Memorias y presencias, sendos programas conducidos por René Avilés Fabila, Martha Robles, Ernesto de la Peña, Juan Arturo Brennan y Eduardo Lizalde, y la serie de cápsulas Letras y vivencias, continuaron el camino que trazó en un principio su estación hermana, Opus 94, donde el compromiso con la difusión de la cultura era más que evidente. Tiempo después, Gastón García Cantú, Javier Garciadiego y José Manuel Villalpando, engrosarían esa nómina cultural.
Mientras la cultura hace de las suyas, la música no puede quedarse atrás. Desde hace algún tiempo, se le da preferencia a un solo género, el jazz, pero la world music tampoco no se puede quejar; para el primero, Erick Montenegro, Alejandro Joseph, Raúl de la Rosa y el legendario Armando Ortiz, el Cónsul, se volvieron en sus fieles sacerdotes, mientras que en el segundo, Mariana Pérez, Bernardo Yancelson y Deborah Holtz hacen lo propio con sus emisiones del fin de semana. De pilón, cabe mencionar la presencia de dos tripulantes más: Óscar Sarquíz, navegante de los mil mares de la música, y Laura Barrera, cuya inconfundible voz le cede la palabra a los protagonistas del México actual con El soundtrack de una vida.
Sin picarme de modesto (y muy a la Javier Garciadiego, por cierto), creo que mi aportación a la historia no escrita de Horizonte 108 es apenas pequeña, mas no menor. No lo es porque desde el primer momento que se escucha, aporta un estilo, una actitud plural ante y por la vida. Pero es pequeña respecto al resto de los asiduos radioescuchas, quienes, como un servidor, también tienen algo que decir sobre una estación única en su género. (Para muestra, http://www.horizonte.imer.com.mx/.)
De cualquier manera, no negamos que Horizonte 108 nos cambió la vida. Al contrario, nos regaló (ésa es la palabra) una nueva. ¿Verdad que sí?

3 comentarios:

Mariposa Tecknicolor dijo...

Y siiii. Todos tenemos nuestra propia historia con horizonte. Te encanta que te cuente la mía.

Nos vemos pronto mi querido Presidente.

Un beso.

Anónimo dijo...

Mi estación favorita :)

Unknown dijo...

Yo no sé cómo llegué a Horizonte, seguramente en el scan desesperado de algo que valiera la pena. Lo que sí puedo recordar es que en ese maravilloso lugar me regocijo cuando en la programación encuentro a mi bossa querida, un jazz clásico y uno más moderno, la música de lugares insospechados y la cálida y amable voz de un locutor; y que ahí conocí a algunos músicos que marcaron mi vida: Drexler, Paté de Fua, Maria Rita, entre muchos otros,de los cuales quien más me hirió y hiere todavía es la combinación Ciagala-Bebo, y su versión de Lágrimas Negras. Sí, también es mi favorita.