miércoles, 23 de abril de 2008

Los 1001 libros del Primer Aniversario

Antes que nada, doy infinitamente las gracias a todas las personas que respondieron a la convocatoria para celebrar el Primer Aniversario de la fundación de la Nueva República de Babel. Aunque no están todos los que son, sí son todos los que están. (¿Lo dije o lo pensé?)
Sin embargo, como sé que este tipo de cosas motiva el enlace con los tiempos y las épocas, a medida que vayan llegando los listados restantes, se irán integrando a esta interminable lista, incluyendo algunos listados que formaron parte de un antiguo "ciberjuego" llamado Hacia la Nueva Biblioteca de Babel. (Ah, y he dejado para el final mi listado personal.) A todos ustedes, ¡¡muchas gracias!!


-Nora de la Cruz (Jefa del Cuerpo Diplomático Neobabélico)
1.- Las armas secretas, de Julio Cortázar. Creo que fue un libro que cambió mi forma de entender la literatura. Siempre que lo leo me sorprende de distintas formas.
2.- Un traje rojo para un duelo, de Elena Garro. Le dediqué dos años enteros de mi vida y lo volvería a hacer, porque estoy convencida de que es un libro olvidado y menospreciado.
3.- La Ilíada, de Homero. Para mí, contiene toda pasión humana. Es hermoso.
4.- Humillados y ofendidos, de Dostoievsky. Hay cosas más famosas en la producción de Dostoievsky, pero éste me parece uno de los libros más personales del autor. Ahí están muchos de sus complejos, sus rencores, su desprecio por la sociedad. Además, la escena inicial, en la que se retrata la última miseria de un ser humano, ya de por sí miserable, me parece de un patetismo impecable. Insuperable, acaso.
5.- Infancia, de Tolstoi. Los rusos fueron mis primeros libros de cabecera. Recuerdo haber leído esta obra de Tolstoi cuando era niña, y haber tenido la impresión de que el autor era, seguramente, un niño de mi edad. Así de auténtico es el retrato que hace Tolstoi del espíritu infantil.
6.- Ficciones, de Borges. Lo que me hace sentir Borges con su precisión, con su simetría, con su curiosidad insondable y su asomo a lo infinito, es indescriptible. Este libro es obligatorio para todo aquél que quiera conocerlo.
7.- Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez. Cuando terminé de leerlo, quería besarlo. No más comentarios.
8.- El reino de este mundo, de Alejo Carpentier. Uno de los textos que más me han impresionado en mi vida. Cuando tengo que regalar un libro siempre elijo ése.
9.- El principito, de Antoine de Saint-Exupery. Me recuerda el placer de leer que sólo se siente en la infancia.
10.- El loco, Khalil Gibrán. Fue el primer libro que leí en mi vida. Recuerdo que cuando lo terminé pensé que ser escritor parecía muy fácil, así que escribí mi propio tomo de parábolas. Se lo vendí a mi papá. Veinte años después, no he logrado escribir nada que me guste, pero gracias a Khalil Gibrán comencé a intentarlo.
-Daniela Sandoval (Consejera Corresponsal)
1. Los nueve libros de la historia, de Heródoto
2. 1984 de Georg Orwell
3. Los recuerdos del porvenir de Elena Garro
4. El llano en llamas de Juan Rulfo
5. La insoportable levedad del ser de Milan Kundera
6. Apologie pour l'Histoire de Marc Bloch
7. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez
8. Querido Diego te abraza Quiela, de Elena Poniatowska
9. El Diosero, de Francisco Rojas González
10. Rayuela, de Julio Cortázar
(Ésa es mi lista, creo que solo los primeros 5 van en orden después están como se me vinieron a la mente... quizá el de Marc Bloch merezca un tercer lugar... lo siento, la historia me gana, ja ja ja!!)
-Elisa Cuevas (Consejera Numeraria)
Están en desorden, porque no puedo decir cuál es el preferido por encima de todos. Más bien los puse en orden cronológico, según los fui leyendo durante los primeros años de mi vida de lectora que comenzó alrededor de los once años cuando leí por primera vez María de Isaccs y Crónicas Marcianas (éste último fue un libro que me impactó muchísimo pues a los once años de edad yo veía el año 2000 y el avance tecnológico como algo lejanísimo...) Aquí van pues, me faltaron muchísimos.
1. Crónicas Marcianas de Ray Bradbury.
2. Demian de Hermann Hesse.
3. Marianela de Benito Pérez Galdós
4. El hombre de la situación de Manuel Payno
5. Los hijos de Sánchez de Oscar Lewis
6. Crimen y castigo de Fedor Dostoievski (por cierto que hay muchas formas de grafía de este nombre y apellido)
7. Cantar de ciegos de Carlos Fuentes
8. Rojo y Negro de Stendhal
9. El Laberinto de la soledad de Octavio Paz
10. El libro de la risa y el olvido de Milan Kundera
11. La Cueva de Saramago
12. Las preciosas ridículas de Molière
13. Romeo y Julieta de Shakespeare
14. El Quijote de la Mancha de Cervantes
(Y me faltaron Rabindranath Tagore, Tolstoi, los sociólogos clásicos, los politólogos clásicos, los economistas clásicos, etc. etc.)
-Paulina Martínez (Consejera Decana)
1. El mundo de Sofía de Jostein Gaarder.
2. El general en su laberinto de Gabriel García Márquez.
3. Ayer en México, una crónica de la revolución de John W. F. Dulles.
4. La saga Harry Potter de J. K. Rowling. (Especialmente El prisionero de Azkaban y La orden del Fénix, pero mmm… como es muy difícil decidirme, mejor anexar toda la colección.)
5. La reina del sur de Arturo Pérez-Reverte.
6. Corazón tan blanco de Javier Marías.
7. Cuando fui mortal de Javier Marías.
8. Como agua para chocolate de Laura Esquivel y Mientras ellas duermen de Javier Marías.
9. Ojerosa y pintada de Agustín Yáñez.
10. Noticias del Imperio de Fernando del Paso.
-Patricia Montoya (Consejera Numeraria)
1. Los Hermanos Karamazov (Fedor Dostoievski)
2. Humillados y Ofendidos (Fedor Dostoievski)
3. A sangre fría (Truman Capote)
4. La perla (John Steinbeck)
5. Crimen y Castigo (Fedor Dostoievski)
6. El laberinto de la Soledad (Octavio Paz)
7. La Región más transparente (Carlos Fuentes)
8. Tiempo mexicano (Carlos Fuentes)
9. Nuevo tiempo mexicano (Carlos Fuentes)
10. El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes)
(Estos son los primeros que se me vinieron a la cabeza, y todos ellos me dejaron profunda impresión.)
-Omar Pérez Olvera (Asesor Ciudadano)
1. La ciencia de la supervivencia de L. Ronald Hubard proque me ha enseñado a disfrutar la vida y a lograr metas fácilmente (aunque éste porque se aplica a todos sus libros)
2. El Quijote (omito el nombre completo) de Cervantes por el afán de lucha y búsqueda del sueño de un personaje sumido en un mundo decadente.
3. Espadas como labios de Vicente Aleixandre por sus imágenes inusitadas y su forma de concebir el mundo tan distinta a otros poetas.
4. En la masmédula de Oliverio Girondo por la manera de transmitir sensaciones sin imágenes, sólo con el lenguaje.
5. El aleph de Borges por sus enseñanzas sobre el universo.
6. La peste de Albert Camus porque evidencia la apatía con que se vive y motiva a vivir sin estar dormidos.
7. Nadie encendía las lámparas de Felisberto Hernández porque manifiesta la mirada de un poeta en narrativa.
8. Cartas de Abelardo y Eloísa por expresar la lucha por la conjugación de mente/corazón.
9. Las diecinueve tragedias de Eurípides porque exaltan mejor que ningún otro pasiones humanas.
10. Muerte sin fin de José Gorostiza por dar una explicación de nuestra relación con dios, la muerte y la vida.
-Irma Hernández Bolaños (Consejera Decana)
Para entretener:
-Drácula (Bram Stocker)
-El perfume (Patrick Süskind)
-El retrato de Dorian Grey (Oscar Wilde)
-Fausto (J. W. Goethe)
-Doce cuentos peregrinos (Gabriel García Márquez)
-El amante de lady Chatterley (D. H. Lawrence)
-Un mundo feliz (Aldous Huxley)
-El gran Gatsby (F. Scott Fitzgerald)
-El último Catón (Matilde Asensi)
-La historiadora (Elizabeth Kostova)
Para admirar:
-Comunidades imaginadas (Benedict Anderson)
-La evolución política del pueblo imaginado (Justo Sierra)
-Los hombres que disperso la danza (Andrés Henestrosa)
-Juárez bajo el pincel de la oposición (AA. VV.)
(…y muchos, muchos, más.)
-Laura Cabrera (Consejera Decana)
1. Ernesto Sabato. Sobre héroes y tumbas.
2. Ernesto Sabato. Abaddón el exterminador.
3. Javier Marías. Vida del fantasma.
4. Juan Benet. Volverás a Región.
5. Jorge Ibargüengoitia. Los relámpagos de agosto.
6. Gabriel García Márquez. Cien años de soledad.
7. Víctor Hugo. Los miserables.
8. José Saramago. El hombre duplicado.
9. José Donoso. Donde van a morir los elefantes.
10. Balzac. La tragedia humana.
11. Carlos Fuentes. La región más transparente.
12. Mario Benedetti. Buzón de tiempo.
13. Mario Benedetti. La tregua.
14. Lewis Carroll. Alicia en el país de las maravillas.
15. Fernando Vallejo. La virgen de los sicarios.
16. Elena Garro. Los recuerdos del porvenir.
17. Miguel Delibes. Cinco horas con Mario.
18. Herman Hesse. Demian.
19. Borges. El Aleph.
20. Eliseo Alberto. La eternidad por fin comienza un lunes.
21. Eugenio Aguirre. Gonzalo Guerrero.
22. Laura Restrepo. Delirio.
23. Eduardo Mendoza. El último trayecto de Horacio Dos.
24. Fernando Vallejo. El desbarrancadero.
25. Rosa Montero. La loca de la casa.
-Eleutheria Lekona (Consejera Corresponsal)
1. Alicia en el país de las maravillas y Alicia a través del Espejo de Lewis Carroll. Los considero un solo libro, porque –de hecho- vienen en combo; compras uno y ya tienes el otro. Es un libro estupendo en la tradición del nonsense inglés, repleto de argumentos absurdos en una lógica impecable que, además, nos remite al amable mundo de los niños.
2. Ariel de Sylvia Plath. En los cantos de Sylvia Plath encuentro ecos de mi propia voz. Celestial voz femenina, personal mirada de concebir el mundo, de matizarlo y hacerlo inmensamente singular y, al mismo tiempo hermoso a pesar de la acechante muerte. Eso es Sylvia Plath.
3. Boquitas Pintadas. Manuel Puig. Creo que este es un libro fascinante de entre la literatura argentina. El título en sí mismo es digno de aparecer en cualquier Biblioteca Virtual.
4. La Broma, Milan Kundera. Este libro para mí fue un descubrimiento: como literatura, como pensamiento absoluto que se yergue frente al mío todavía inexperto, como el encuentro con lo europeo y el encuentro con la nostalgia, con la música, con el indiscutible arte literario.
5. Cartas a un joven poeta, Rainer Maria Rilke. Lo incluyo porque nadie como Rilke para, pretextando poesía, abarcar lo que le es esencial al hombre en un texto tan corto.
6. Las Ciudades Invisibles de Italo Calvino. No sólo porque es esencial a los arquitectos, sino a todos aquellos que amamos las más exóticas y laberínticas formas capaces de ser imaginadas. Definitivamente, de no haber escrito Calvino este texto, algún otro loco lo hubiera escrito y –me atrevería a decir- con un abanico de ciudades aún más variado.
7. La Condesa Sangrienta, Alejandra Pizarnik. Además de que cuenta con epigramas estupendos, es un extracto de la tradición literaria que engloba tanto a Samuel Taylor Coleridge, Joseph Sheridan Le Fanu con su Carmilla, Lautremont, Gautier, Stoker, Valentine Penrose, Sade y todo cuanto amante del sadismo y de la perversión hay en el mundo. Un libro exquisito.
8. Crimen y Castigo, Fiódor Dostoyevski. Por el Raskolnikov que todos llevamos dentro aun cuando, incluso, algunos lo ignoran. Yo a Raskolnikov le reconocí de inmediato, como reflejo mío y de una sociedad absolutamente tanatoide.
9. Cuentos, crónicas y ensayos, de Manuel Gutiérrez Nájera. Otro pequeño cruel. Relatos amargos y románticos, atisbando siempre presagios y precisas maneras de decir las cosas. Y todo eso lo hace aún más magnificente cuando descubres que se trata del universo de un mexicano del siglo XIX hundido hasta las cachas en un romanticismo finisecular tardío.
10. Ejercicios de Admiración y otros textos, Emil Mihal Cioran. Cada uno de los textos anunciados en el título constituye un delirante encuentro con lo más lúcido de la mente de un hombre que lo fue siempre. Allí, incluso, yace el texto más lírico que haya escrito este hombre del que siempre se sospechó amor.
11. Eureka, Edgar Allan Poe. A veces, quizá en medio de la euforia, me he atrevido a pensar que no ha habido hombre más erudito que Edgar Allan Poe sobre la faz de la Tierra. Ni siquiera Borges logra escudriñar la sucesión de las cosas como este miserable hombre que, sin embargo, nos legó historias fantásticas entretejidas con verdades ineludibles. Eureka recoge bastante del pensamiento científico-racional de aquella época: esa sed del hombre por lograr asertos. Un tratado a la vez gnoseológico y cosmológico a través de un recorrido en la evolución del conocimiento como actitud y aptitud en el hombre; empezando con los griegos y su simbolismo-misticismo, pasando por Euclides, Kepler hasta llegar al positivismo, esa verbalización del pensamiento científico.
12. Las Flores del Mal, Charles Baudelaire. Tal vez porque es el poeta de lo que, con él, se nos ha insistido en llamar malditos (sin quitarle créditos a Verlaine).
13. Frankenstein, Mary Shelley. Este libro es una obra que expone con una terrible y devastadora humildad las grandes contradicciones de la naturaleza humana. Más allá de lo inocentes que puedan ser algunas situaciones –como que Víctor Frankenstein deje a la recién consorte sola y disponible al monstruo infernal- las cavilaciones del monstruo junto con las descripciones de los paisajes son dignas de páginas inmortales en mi mente.
14. Lestat, Anne Rice. Aun a sabiendas de que la inclusión de este título en mi lista, resta mis probabilidades de ser ganadora de uno de tus tesoros, lo incluyo sin miramientos porque es mi best seller favorito.
15. El Lobo estepario, Hermman Hesse. Hallazgo capital que dejó en mí, en simiente, la conciencia de que la existencia, aun siendo ruinosa, encuentra bríos y satisfacción en tal ruindad. El relato de Hesse es un viejo risco del cual es posible saltar al fondo del mar. Para mí, es una obra fundamental en la tradición del existencialismo.
16. Matemáticas e Imaginación, Vols. I y II, Kesner, Newman. Si no hay un libro de matemáticas en una biblioteca, se corre el riesgo de que cuando se acabe el mundo y lleguen los extraterrestres no se sepa de qué éramos capaces los humanos ;-) Ya en serio, recoge varios de los tópicos más apasionantes de las Matemáticas: topología, curvas fractales, geometrías no euclidianas, números trascendentes (π, e, etc.), cambio y mutabilidad (cálculo para los colegas) y la más hermosa de todas las teorías abstractas: los números transfinitos de Georg Cantor y con ello, el arribo de una teoría que le vino a dar, de una vez por todos, rigor a todo aparato matemático, sí, la teoría de conjuntos.
17. Mihailo, Dolores Palá. El sucedáneo obligado de Cumbres borrascosas de E. Brönte cuando el mundo se me antoja lejano, gris, mutable. Entonces tomo esa novela que es de amor y tras la lectura, el mundo se me confirma como algo lejano, gris, mutable.
18. Mujer que sabe latín, Rosario Castellanos. Porque si de ensayistas se trata, coloco a esta escritora junto a Paz, Revueltas, Sontag, Montaigne, Heidegger y todo cuanto filósofo me pongan enfrente. Si como dice el prólogo al libro de Elizondo, el ensayo tiene como implícita misión el suministrarnos de concepciones inteligentes, basta con estos ensayos para comprender qué es la inteligencia.
19. El Origen de la Tragedia, F. W. Nietzsche. No me he cansado de decirlo, todo el desarrollo posterior de la filosofía Nietzscheana se atisba, en embrión, en este texto y qué mejor forma de anunciarla que a través del arte.
20. El Principito. Antoine de Saint-Exúpery. Oh, el más bello de todos los libros. Porque en él, es cierto, yace el ser de un niño.
21. Religión y Ciencia, Bertrand Russell. De entrada, en mi biblioteca personal no puede faltar una obra de uno que es uno de mis grandes personajes: Bertrand Russell, filósofo y matemático, egresado de Cambridge y perteneciente al círculo vienés, amante de la heráldica, el mar y las matemáticas (¿puede uno amar algo más en esta vida?) y, por si fuera poco, heredero de la tradición ensayista inglesa; me refiero a John Locke y David Hume. Poseedor de una mente absolutamente lógica y racional como para exponer argumentos a prueba de la antítesis más férrea. Y este ensayo, “Religión y Ciencia”, buena falta le hace a las generaciones actuales que, ávidas de espiritualidad y fe, andan queriendo casarse con las falaces doctrinas de las corrientes nuevarenses. Hace falta abogar por el juicio racional y entender la evolución e historia de la religión frente a la ciencia y, viceversa.
22. El Silmarillion, Tolkien. Después de todo, le agradezco a Peter Jackson popularizar un hallazgo que, de hecho, le pertenece a este hombre sin mote, llamado Jorge Luis Borges. Narraciones etéreas de una mente reservada.
23. Sobre la teoría de la relatividad especial y general, Albert Einstein. Es una obra capital del pensamiento. Se trata de entender, en palabras de Albert Einstein, que su teoría de la relatividad general –sí, esa que se vale de las geometrías no euclidianas- demuestra que el espacio es curvo. ¡¡¡Nos está diciendo cuál es la forma de nuestro Universo!!!
24. El Tambor de Hojalata, Günter Grass. La novela contemporánea, el personaje enrarecido, la prosa soberbia, la historia alemana, el tono sardónico. Óscar Matzerath Bronski, inmortal entre los inmortales.
25. Werther (y no "Las cuitas del joven Werther", a fin de que no se quede sola la W), J. W. Goethe. Por Dios, éste es todo el romanticismo expuesto por una de los pocos espíritus no dionisíacos; el romanticismo que algún día destiló la pluma clasicista de Goethe en una narración que le pertenece indiscutiblemente.
-Ulises Velázquez (Presidente Vitalicio de la N.R.B.)
1. El principito (Antoine de Saint-Exupéry) El primero que leí y el primero al que vuelvo. Tratar de explicarlo, sería pecar de exageración.
2. Enseres para sobrevivir en la ciudad (Vicente Quirarte) El perfecto manual para el escritor en ciernes.
3. Los tambores de Calderón (Jean Meyer) De cómo la Historia y la novela se hacen una para contar una historia.
4. Sostiene Pereira (Antonio Tabucchi) El compromiso toral, antes que con las palabras, con los sentimientos.
5. El cartero de Neruda (Antonio Skármeta) El aprendizaje de la poesía y de la vida en una misma circunstancia.
6. Del inconveniente de haber nacido (E. M. Cioran) El desconcierto del mundo visto a través de una mirada sardónica y avinagrada.
7. Mexicanos eminentes (Enrique Krauze) Una galería de figuras preponderantes en la historia mexicana.
8. Los pegasos de la memoria (Beatriz Escalante) De cómo la invención se une con la intención, es decir, ensayos que apelan a la inteligencia del lector.
9. Cultura y política en el México posrevolucionario (Javier Garciadiego) La historia cultural de un México a cuya prosapia rinde la más sincera pleitesía.
10. Toda la saga de Maqroll el gaviero (Álvaro Mutis) Tanto en poesía como en novela, vivir y sufrir con Maqroll el gaviero es un breviario de enseñanzas y es un largo aprendizaje por los senderos de la vida.

2 comentarios:

Mariposa Amarilla dijo...

Gracias por publicar mi lista!!! me gustó la manera en que jusgaste con esta lista de libros, que gran idea!

Saludos!!!

La niña Fonema dijo...

sí, gracias, pensé que debido a mi renuncia iba a ser la diplomática incómoda, pero salió mi lista -y sin censura-
besotes