lunes, 18 de febrero de 2008

¡¡¡Felicidades, Claudine!!!

Hablar de una Consejera de reciente ingreso, a veces es una ardua tarea, porque cuando se ha convivido, parcial o completamente con ésta, solamente las semejanzas dicen la última palabra. Para el caso de Claudia Chantaca, digamos que sería la única excepción. Veremos por qué.
Conocí a Claudine hace varios años (olvido el número exacto, mas no importa por ahora), como una dinámica compañera de clases, ávida de aprender sobre temas comunes, como la teoría literaria, la literatura mexicana, entre otras cosas. (Siempre que la ocasión lo ameritaba, se acercaba a mí para pedirme una asesoría bibliográfica, la cual -en menor medida, lo reconozco- siempre la dejaba contenta.) Sin embargo, aunque tuvimos los mismos compañeros y el cuerpo docente de siempre, ella demostró que siempre iba muy a la delantera. Gran mérito, cabe decir, que le ganó la admiración de un maestro muy caro a nosotros, Raymundo Ramos, quien depositó su confianza en ella y todas sus enseñanzas al fin encontraron su estafeta idónea. (Cuestión de enfoques.)
Sus andanzas por los caminos de la investigación la han llevado a conocer aún más los entramados del cuento fantástico, así como también encontrar la punta de la madeja en lo que a teoría literaria se refiere. Cuando una cosa le causa escozor, no duda en resolverla, hasta que el conocimiento gana todas las partidas habidas y por haber. (Y a pesar de que ciertas personas y ciertas circunstancias le quieran jugar sucio, el tiempo termina por darle la razón: acto de oportuna justicia.) Además, su constancia en todos los campos, se vio recompensada con varios galardones, los cuales, sobra decir, son incentivos para una obra en constante crecimiento. En un hipotético diccionario de virtudes, Claudia se ganaría a pulso el significado siguiente: aprendizaje. No lo dudaría ni un ápice.
En realidad, solamente intento hacer con estas líneas un pequeño retrato de Claudia Chantaca, cuyo encuentro en alguna parada de la vida (académica, claro está), es un gratificante placer. (Y como Consejera de la Nueva República de Babel, aún más.) Por ello, hoy que cumples un año más (recuerda muy bien que las mujeres no tienen edad), deseo de todo corazón que la búsqueda del conocimiento te lleve hacia nuevos y mejores puertos. Ojalá que sí.
¡¡¡Felicidades, Claudine!!!

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