lunes, 30 de julio de 2007

El Cantante de la Semana: Joan Manuel Serrat

Hace algunos días, navegando por las aguas de la Información, me encontré una frase que transpiraba verdad por los cuatro costados: Música de padre y madre, no hay ninguna. Y ello obligó a la memoria a hacer acopio de fuerzas para dejarla hablar. El resultado fue el siguiente.
En colaboraciones anteriores, hablé sobre la música de Mecano como parte de mi vida, la cual fue definida por la multiplicidad de sus temas. Sin embargo, ése aprendizaje no estaría completo sin otra presencia ibérica: Joan Manuel Serrat. Gracias al equilibrado (en ese entonces) gusto de mis padres, mi acercamiento a la obra del cantautor catalán fue de lo más extraño. Sea en el coche, acompañando a mi papá, sea en casa, mientras mi mamá hacía el quehacer, siempre escuchaba el mismo cassette con una eximia selección serratiana. (Al principio, me pareció algo aburrido, pero el tiempo terminó por convencerme, para luego convertirme a su culto.)
En los extraños días de la preparatoria, siempre regresaba a Serrat. Gracias a sus canciones (algunas, poemas de Antonio Machado y Miguel Hernández) supe que mi vocación se encaminaba hacia la literatura. Y no era para menos, porque el primer libro de poesía que compré fue una antología de Miguel Hernández, y, claro, buscaba el poema -"Elegía (a Ramón Sijé)", por ejemplo-, para después cantarlo. (Siempre las lágrimas hacían de las suyas, al final de ello.)
Como todo los géneros musical que pasaba por mi vida, Serrat tuvo su respectivo impasse, cosa que no duró mucho tiempo, porque adquirí el compacto El gusto es nuestro. Serrat, acompañado por los infaltables Ana Belén y Víctor Manuel San José y el inverosímil Miguel Ríos, se atrevió a cantar sus propias canciones y las de los demás, de una manera verdaderamente única. ("Cantares", acompañado por Miguel Ríos, es una obra maestra; "Paraules de amor", en voz de Ana Belén ¡¡y en catalán!!, se vuelve una delicia, y "M'en vaig a peu" con Víctor Manuel, se convierte en un himno para todo.) Y, claro, regresé al camino poético del catalán.
Sin embargo, en la dispar obra serratiana, no todo es conmoción. La frescura de sus primeros discos y sus respectivos éxitos, no se ha perdido del todo. (Es más, ¡¡hasta son más jóvenes que nosotros!!) Si comparamos esto con las últimas producciones (Sombras de la China, por ejemplo), vemos que sigue patente su interés por contarnos una historia, pero ahora se toma demasiado tiempo en hacerlo. (Claro está que el tiempo termina por rallentizar las cosas, pero en este caso, sí que se pasa de tueste.) Aún así, Serrat es único.
Ahora, en estos tiempos donde se ha perdido hasta la capacidad no sólo de soñar, sino de asombrarse cada día con los casos y cosas que nos trae la vida, siempre es oportuno regresar a las canciones de Joan Manuel Serrat, y saber que el sur también existe, y que hoy puede ser un gran día, para planteárselo así. Ni duda cabe de ello. (Y una sugerencia final : que cada quien se tome una copa a la salud de su canción favorita de Serrat, porque, finalmente, el gusto también es nuestro.)

2 comentarios:

La niña Fonema dijo...

claro, Serrat es básico...

pero se te perdió una de las más hermosas versiones que se han hecho de él: "Lucía", interpretada por Haila María Mompié, en el disco "Cuba le canta a Serrat". Hermosa.
Saludotes

(Ah y yo soy "como un gorrión" jeje)

Thelma Camacho Morfín dijo...

Me encat� tu texto sobre Serrat, s� es realmente entra�able.
Thelma