martes, 22 de mayo de 2007

Mientras haya vida

El pasado fin de semana tuve a bien aventarme el maratón de la telenovela Mientras haya vida, de la cual sólo había escuchado algunas cosas (y eso gracias a mi hermana y a mi mamá, quienes la siguen con regularidad), y después de ver el curso de tres semanas en cuatro horas, quedé complacido al ver una producción de impecable factura, cosa que no había visto en años, luego de Mirada de mujer (en la televisora del Ajusco) y de La antorcha encendida (en la de San Ángel).
Por tratarse de una co-producción con la empresa Argos, en todas sus producciones se hace énfasis en tratar, paralelamente a la ficción, asuntos de la vida nacional, como el desempleo (patente en Elisa, personaje encarnado por Paola Núñez, de quien esperamos que dé por muerto y enterrado al odioso personaje de Bárbara Bazterrica), la especulación inmoviliaria, los bajos fondos de la política, y hasta el espionaje están presentes en esta telenovela. Como espectador telenovelero, me alegra sobremanera ver la presencia de grandes talentos como Margarita Rosa de Francisco (la inolvidable Gaviota de Café con aroma de mujer, quien además interpreta el tema musical de Mientras haya vida), a la enigmática Ana Ciochetti, en un inverosimil papel de espía; la atemporal Carmen Madrid (figura recurrente en las producciones de Argos; cómo no recordar a Déborah Stavenhagen, la amiga junkie de Cecilia Suárez en Todo por amor), y sin olvidarme de las damas que me leen, de la galanura old fashioned de Saúl Lisazo, o de la juvenil ensoñación de Andrés Palacios. Todo esto aderezado con un equipo de guionistas muy bien adiestrados (espero que no les dé la fiebre por aumentarlo todo con tal de venderse al rating), locaciones de lujo (el Multifamiliar Miguel Alemán, sello distintivo de la Colonia del Valle y donde se desarrolla la telenovela, es claro ejemplo) y, sobre todo, saber que no es una historia prefabricada más, sino un espejo de lo que la realidad nos presenta. (Reto a mis lectores a que hagan lo siguiente: Vean la novela; un capítulo como mínimo. Si al término de éste, hay un personaje que generó interés, dóyme por bien servido y el objetivo por alcanzado. También vale para las circunstancias.)
Finalmente, Mientras haya vida es el claro ejemplo de una producción ambiciosa, cuya toral función es llevar la vida diaria (la verdadera, no los recalentados de siempre) a la pantalla, con miras a crear una conciencia. (Sea ciudadana, sea la que sea.) Y otra razón para verla: despunte de genios actorales en su mejor elemento. Ojalá que no desvíe su camino. (No queremos otro Nada personal, ¿verdad?)

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